Para el Presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, el Valle de los Caídos no puede dejar de
ser un mausoleo de los “mártires de la cruzada”, de ahí que haya que abandonar
la idea de que convertirlo en un lugar de memorias compartidas tal y como
recomendaba la comisión de expertos y como figura en una proposición de ley
presentada por el Partido Socialista en el Congreso en diciembre de 2017. Si no
hay manera de que aquellas piedras cambien de significación, lo que procede es
dejar, por un lado, la Basílica a merced de sus devotos y transformar, por
otro, los columbarios donde yacen más de 33000 restos humanos en un cementerio
civil.
Como el destino del Valle está en
manos de la resignificación, habría
que preguntarse si es posible cambiar de
significación un lugar que nació para honrar a los caídos en el bando
franquista ¿El Valle, nacido para celebrar a los caídos de un bando, puede
devenir lugar de la memoria que recuerde el sufrimiento de todos los españoles?