26/6/19

“La memoria, tribunal de la historia”*


            1. En las concepciones de la historia que han mandado en el pasado, los vencidos tenían pocas razones que hacer valer si por “tener razón” entendemos reconocerles capacidad semántica, es decir, significados posibles capaces de conformar y por tanto cambiar el curso de la historia.

            Valía más bien lo que decía Voltaire un tanto cínicamente: que para la historia “la razón del más fuerte es siempre la que vale”.

             Los vencidos sólo aparecían como el botín que da lustre al vencedor o , dicho más filosóficamente, como el precio del progreso. En esa visión de la historia, los vencidos eran literalmente insignificantes, esto es, carentes de significación.

10/6/19

Figuras políticas memorables


            El pueblo es un cuerpo vivo cuyas reacciones son a veces sorprendentes porque se salta el guión previsible. Ha ocurrido recientemente con la muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba. Ha habido un estallido emocional que va más allá de una sentida manifestación de duelo. Se ha dicho que Rubalcaba, junto a Adolfo Suárez, han concitado las únicas manifestaciones unánimes de españoles en la democracia. Y eso sí que es excepcional.

            Como no abunda este tipo de símbolos conciliadores entre nosotros, conviene prestarles atención cuando uno se insinúa. Porque si en esta dura piel de toro -que tanto sabe de cainismo y tan ducha es en convertir la rivalidad política en manifiesta enemistad- algo así ocurre es porque se necesitan personajes públicos que transciendan los cultos partidarios. Lo que a ellos adjudicamos es lo que echamos en falta. ¿Y qué es eso?