En sociología del conocimiento se habla de “acontemporáneo”, un extraño o forastero, que viene de lejos, espacial y temporalmente, pero cuya distancia le permite descifrar la actualidad con una agudeza de la que carecen los que ya están ahí.
Un observatorio atento a los desarrollos multidisciplinarios de la cultura anamnética, particularmente en la relación de la memoria con la política, la moral, el derecho, la religión, la literatura y las artes escénicas. Este blog incluye una recopilación de trabajos de Reyes Mate (artículos, conferencias, reseñas ya publicados y textos inéditos). Posteriormente acogerá trabajos de otros autores.
17/12/20
La actualidad de Juan Goytisolo
3/12/20
Sobre el origen de la igualdad y la responsabilidad que de ello se deriva
1. Rousseau, para explicar las injusticias y las miserias derivadas de la injusticia que caracterizan a las sociedades modernas, recurrió a la ficción de un estado natural.
El
recurso no era original. También lo vemos en Locke y Hobbes. La diferencia es
que mientras éstos se lo tomaban como un estadio histórico de la humanidad,
Rousseau sabía que era un supuesto imaginario. "Comencemos por descartar
todos los hechos", decía en el célebre Discours
sur l'inégalité. Los únicos hechos que le interesaban eran los de la
sociedad de su tiempo. Y no los hechos al estado bruto sino los problemas
políticos y morales que planteaban hechos tales como las desigualdades y sus
secuelas. Eso es lo que recoge una de esas frases que definen la intención del Discours: "busco el derecho y la
razón y no me peleo por los hechos"(1).
El estado natural le va a permitir elaborar una serie de rasgos característicos del ser humano que al perderse en el camino de la constitución del estado o sociedad civil echarán luz sobre la profundidad de los problemas que plantea la sociedad moderna así como el sentido en el que deben dirigirse las soluciones. El objetivo del estado natural es la sociedad civil. Desde aquel horizonte se perciben con exactitud los problemas de legitimación que tiene el orden civil y se puede, por consiguiente, dar una respuesta adecuada.
22/11/20
El libro que Francisco recomendó a Pedro
Del encuentro que el Papa Francisco mantuvo hace unas semanas con el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saltó la noticia de que el Papa había recomendado al político español un libro escrito por un comunista judío titulado Sindrome 1933. Hablaban del peligro que encierran las ideas doctrinarias y, para conjurarlas, el Papa recomendaba este libro.
25/10/20
La fraternidad, de Robespierre a Francisco
Acaba de aparecer la última encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, un alegato a favor de la fraternidad como virtud política. La encíclica es un género literario de difícil ubicación: es un discurso cristiano, sí, pero dirigido a toda “persona de buena voluntad”. Puede conseguir, como en este caso, que irrite a creyentes conservadores y la aplaudan agnósticos aperturistas.
27/9/20
La nueva ley de memoria democrática, a examen
No han pasado en vano los trece años que van desde la primera ley de Memoria Histórica, en el 2007, y esta nueva cuyo proyecto acaba de ser aprobado por el consejo de ministros. Ha crecido en la sociedad el concepto de memoria y por eso en la nueva ley el Estado se encargará de oficio de abrir las fosas comunes, se declararán nulos juicios y sentencias que operaron sin garantías procesales y se rehabilitará el Valle de los Caídos.
La memoria, una lectura moral del pasado
La rodilla de un oficial de policía estadounidense clavada en el cuello de un negro, George Floyd, durante 8 minutos y 46 segundos, ha encendido una protesta a lo largo y ancho del planeta contra el maltrato racial. Lo que tiene de singular es que la indignación alcanza a la representación, es decir, a la memoria de ese pasado racial. Se protesta contra el abuso policial y, a partir de ahí, contra una cultura que ha sido tan cómplice y complaciente contra la discriminación racial. Tengamos en cuenta, por ejemplo, que la esclavitud ha estado justificada en Occidente desde Aristóteles, hace veinticinco siglos, hasta antesdeayer, sin olvidar la aquiescencia de las teologías y de la iglesia. En el convento de la Encarnación de Ávila, donde ingresó Teresa de Cepeda y Ahumada, las monjas ricas tenían en sus propias celdas esclavas que las atendían. Ha habido mucha complacencia con la trata de esclavos en el pasado, de ahí que la ola de indignación está tomando la forma de un terremoto iconoclasta que ataca todo monumento o acontecimiento emparentado con ese pasado.
12/9/20
La memoria peligrosa, en peligro*
Después de que Todorov hablara de los “abusos de la memoria” se habló en Francia de “la memoria saturada” (Régine Robin) y luego, en USA, de “adicción a la memoria” (Ch Maier) y ahora, en Italia (D. Giglioli) y un poco por doquier, de la religiosización o incluso cristianización del deber de memoria, convertido en religión civil. No son negacionistas ni autores alérgicos a la memoria de Auschwitz. Al contrario. Su crítica dirige los dardos contra la “cultura de la memoria” (C. Coquio), es decir, va contra el modo como hoy se expresan las víctimas, los expertos, las instituciones y hasta la opinión pública cuando hablan de la memoria de Auschwitz.
27/8/20
Los refugiados, clave de nuestro tiempo
La migración es considerada el gran problema político de nuestro tiempo. El mundo globalizado ha roto las costuras del Estado, la figura sobre la que se había construido el mundo desde la Paz de Westfalia, sin olvidar, por otro lado, que esta globalización, lejos de igualar, fomenta la desigualdad y la violencia hasta el punto de obligar a sus víctimas a huir buscando refugio en países menos castigados o más prósperos.
24/8/20
La hora de las formas
El Homenaje de Estado a las víctimas de la pandemia que tuvo lugar el pasado 16 de julio en el Palacio Real de Madrid ha sido visto por todos como un gran acierto. En una ceremonia sobria y ajustada se consiguió lo que persigue un rito funerario: honrar a las víctimas, convocar a todos y, como decía Hernando Calleja, “simbolizar la despedida que fue imposible en el momento de sus muertes”. El ritual satisfizo a todos o, mejor, dicho, a casi todos porque faltaron algunos alegando unos, como Vox, que los ritos funerarios en España, aunque sean de Estado, sólo pueden ser católicos, y, otros, como los republicanos catalanes, que eran poco laicos.