1.
Hace un par de años, presentando el libro de JM Castillo, La laicidad del evangelio, yo le decía si, al apostar “por la
reducción de lo ritual, o religioso o clerical a lo laico, secular y ético”, no
tenía demasiada confianza en el ser humano que hemos devenido. A la vista de lo
que el ser ilustrado ha acabado siendo, la cosa no era como tirar cohetes: la
propia Ilustración habla de una Dialéctica de la Ilustración para desempolvar a
la vieja. Yo le preguntaba si no había en el libro una cierta “resonancia feuerbachiana”…si
no sería necesario explicitar más esa humanidad o esa sociedad laica en la que
él, un teólogo cristiano, está pensando.
Un observatorio atento a los desarrollos multidisciplinarios de la cultura anamnética, particularmente en la relación de la memoria con la política, la moral, el derecho, la religión, la literatura y las artes escénicas. Este blog incluye una recopilación de trabajos de Reyes Mate (artículos, conferencias, reseñas ya publicados y textos inéditos). Posteriormente acogerá trabajos de otros autores.
23/1/17
10/1/17
Presentación del libro de Juan Mayorga Elipses (2016, La Uña Rota, Segovia)
1.
Presentar un libro es un momento festivo si por tiempo festivo entendemos, como
en la cultura judía, no día de descanso sino tiempo privilegiado que da sentido
al tiempo laborable. En este caso el libro daría sentido, a través de sus
ensayos, a la profesión del teatro pero también a otros campos implicados como
es la propia filosofía
La obra de Juan Mayorga -él mismo
filósofo y matemático- admite muchas lecturas. Yo voy a poner el acento en su
dimensión filosófica. La relación entre teatro y filosofía viene de antiguo (la
filosofía y la tragedia son contemporáneas) lo que no quiere decir que no sean
unas relaciones conflictiva: la filosofía echaba en cara a la tragedia falta de
rigor conceptual y la tragedia a la filosofía que no tuviera vida. Platón, sin
ir más lejos, pone a caldo a los
“poetas” (que son los autores de las tragedias) porque presentan unos dioses
que son cómplices del mal y porque nos ofrecen como modelos de vida a héroes
que matan al padre o se casan con la madre. Eso no puede ser. Menos mal que
Aristóteles arregla los desperfectos al decir que hay más verdad en la poesía
que en la (ciencia) histórica. Aristóteles
dice literalmente que: “la poesía es más verídica que la historia” en La Poética, cap. IV (¡lo que dirían
nuestros historiadores que ya se molestan con la memoria histórica si encima
les dice que hay más realidad en la memoria que en la historia!). Unas
relaciones conflictivas, pues, pero necesarias ya que sin filosofía la tragedia perdería pretensión
de verdad, y, sin tragedia, la filosofía quedaría seca. Esa necesidad explica
que la filosofía se pregunte una y otra vez por el origen (“Ursprung”) de la
tragedia (es el caso de Nietzsche) o del drama barroco (caso de Benjamin)…entendiendo
por origen no el comienzo de una historia sino el sentido de esa expresión
artística, esto es, su relación con la verdad. Una larga historia que se
consuma en Heidegger cuando decreta que la verdad no tiene que ver con el
conocimiento filosófico sino con el acontecimiento artístico. Luego volveré
sobre ello.