28/12/15

Cultura de la memoria y de la Paz (Mesa redonda)*

             Dice Paul Ricoeur que,  cuando desaparecen los testigos, la memoria se disuelve en historia, es decir, dejamos de preguntarnos por el sentido moral del pasado para el presente y nos concentramos en conocer los hechos.

            Mi opinión es que eso puede valer para la I Guerra Mundial pero no para Auschwitz. ¿Por qué? Porque Auschwitz significa que ocurrió lo impensable, lo incomprensible, y cuando eso ocurre, lo ocurrido se convierte en lo que da que pensar.

            Me explico: Digo que "ocurrió lo impensable" y así fue: el asesinato de todo un pueblo, por el hecho de nacer judío, ante la mirada indiferente del 90 % de los europeos, según estimación de George Steiner. Eso lo hace incomprensible, aunque conozcamos perfectamente lo que se hizo y cómo se hizo. Incomprensible significa moralmente injustificable, pero también racionalmente inexplicable.

Sin novedades en el año nuevo

            Es de ley acometer el nuevo año con espíritu innovador y eso consiste al menos en evitar repetir errores de bulto e incorporar a la agenda personal alguna novedad que nos saque de la rutina. Los buenos propósitos duran poco, es verdad, pero eso tampoco nos angustia demasiado ya que la rutina  tiene su encanto y eso de la novedad es un bien que además de escaso es confuso.

            El modelo de novedad más a mano es el de la moda. Es una novedad efímera, fugaz, que se disuelve al manifestarse. Se hace vieja en el momento mismo de su aparición, de ahí que los modistos hagan coincidir el momento de la presentación de una colección con la preparación de la siguiente. Esa novedad no tiene historia ni futuro pues vive de instantes que no comprometen a nada. Esta novedad, aunque sea un invento de la moda, se la han apropiado los políticos. Cuando hacen una promesa no piensan en su cumplimiento sino en la eficacia (electoral) del momento. Los ciudadanos de a pie también la hemos comprado. Vivimos al día por eso cuando nos prometemos en algo, como al inicio del nuevo año, desistimos pronto porque la lucha por la supervivencia consume casi todas las energías de innovación.

            Hay otro tipo de novedad, el del agua del manantial. El manantial está ahí desde tiempo inmemorial, pero el agua fresca y cristalina fluye por primera vez ante nuestra presencia. La novedad que representa esa agua tiene relación con el pasado, pero es una novedad creativa porque no repite, no se repite, sino que hace presente agua nueva, por estrenar.

18/12/15

El intelectual y el profesional de la política

            Volátil es en este momento el gusto político de los españoles y por eso resulta aventurado marcar preferencias con sólo otear el horizonte. El entusiasmo o, más modestamente, la buena acogida que han tenido las candidaturas de Ángel Gabilondo y de Luis García Montero, para disputar la presidencia de Madrid, por parte del PSOE y de IU, respectivamente ¿están dando a entender algo nuevo o todo se reduce a la curiosidad del momento?

            Razones hay para pensar que el personal está harto de un determinado tipo de político y que está esperando a otro, no muy lejano del que encarnan estos dos nombres.

17/12/15

Memoria e historia. Setenta años después

            Decía Paul Ricoeur que cuando mueren los testigos de un acontecimiento pasado la memoria se disuelve en historia, es decir, dejamos de preguntarnos por el sentido que aquel pasado pueda tener para el presente y nos concentramos en conocer lo mejor posible qué fue lo que ocurrió. Esta idea, que tantos historiadores y ensayistas comparten, se puede aplicar a la I Guerra Mundial pero en absoluto a Auschwitz. Una y otro son acontecimientos pasados pero están hechos de distinta pasta.

            Los historiadores, en efecto, han explicado satisfactoriamente cómo y por qué ocurrió la Gran Guerra, pero no hay manera de explicar el por qué del holocausto judío. Es verdad que conocemos al detalle cómo ocurrió, pero sigue siendo incomprensible. No hay proporción entre las causas aducidas y lo que realmente tuvo lugar. Se dice, por ejemplo, que los judíos eran los amos de las finanzas del mundo, pero ¿cómo explicar que asesinaran a los más pobres? Otros dicen que controlaban el poder , pero entonces ¿cómo explicar el asesinato de un millón de niños?... El pueblo judío fue condenado a desaparecer no por algo que hicieran sino por el hecho de nacer judíos. Esa monstruosidad llevada a cabo ante la indiferencia del noventa por ciento de los europeos, pero con la complicidad de importantes sectores de la sociedad, eso es lo que no hay manera de explicar razonablemente.

30/11/15

La secesión catalana ¿un sentimiento inmoral?

            Mujeres de Negro es una asociación de mujeres serbias, nacida en Belgrado hace 24 años para “expresar el más profundo rechazo a la política del régimen serbio, el mayor responsable de la guerra en la exYugoslavia". Denunciaban la guerra invocando el simple principio "no en nuestro nombre". Que los genocidas serbios supieran que sus matanzas a bosnios, croatas y kosovos, no la podían justificar  "en nombre del pueblo serbio" al que estas mujeres pertenecían y tampoco las tomaras a ellas como excusa para sus crímenes por aquello de que los hombres matan en las guerras para defender a las mujeres y a los niños. Nada de eso. No las representaban ni como ciudadanas del pueblo serbio ni como mujeres.

            A su líder más conocida, Stasa Zajovic, que andaba estos días por España, alguien le preguntó "pero ¿cómo llegaron a eso?", "¿cómo fue posible que en un muy breve espacio de tiempo pasaran de una convivencia modélica al odio más destructor, al genocidio y a la violación sistemática de todo lo respetable". Porque no hay que olvidar que en Yugoslavia convivían pueblos  muy diferentes.

            A una pregunta tan simple como fundamental sólo cabía una respuesta matizada: "hubo muchas causas tales como el militarismo o la voracidad de la Nomenklatura comunista que ha había echado cuentas de las ganancias que podría conseguir si repartían entre unos pocos el patrimonio nacional. Pero sobretodo hubo  una causa, el nacionalismo".

Teresa, de hija de conversos a santa de la raza

            Teresa Sánchez Ahumada fue en vida un equívoco y lo continúa siendo. Aunque nadie como ella fustigara a la España de la honra y las apariencias, la nobleza se disputaba su presencia; y,  siendo nieta de un marrano toledano, condenado por la Inquisición, ha sido celebrada como la santa de la raza. ¿Qué ha pasado con esta singular mujer que produjo y produce entusiasmos donde debería generar rechazo y es rechazada cuando se manifiesta como realmente fue?

19/11/15

Los extorsionados por Eta, las víctimas más olvidadas

            Los daños causados por el terrorismo etarra son de amplio espectro y sólo progresivamente van saliendo a la luz, unos tras otros, los colectivos afectados, por ejemplo, el de los extorsionados. Gracias a la investigación del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, se empieza a hablar ahora de todos esos empresarios -grandes, pequeños y medianos-  que un buen día recibieron una carta de Eta exigiendo el "impuesto revolucionario" y que en muchos casos les arruinó la vida. Tenían, en efecto, que elegir entre pagar o vivir, con la consecuencia añadida de que pagando, financiaba el terrorismo.

            Hasta ahora no se quería hablar de ello. Ni se consideraba al extorsionado una víctima ni tampoco se consideraba la extorsión una expresión propia del terrorismo, sino un asunto menor y colateral.

            Lo cierto es que no es asunto menor. Se calcula que fueron al menos unos 10.000  los chantajeados por la banda terrorista. No es fácil calcular lo recaudado pero las cifras conocidas son elocuentes: entre el año 1980 y 1986, más de mil millones de pesetas;  en los primeros años del presente siglo, dos mil millones de euros anuales, sin contar las cajas B.  Habría que valorar también el empobrecimiento acarreado por esta práctica amedrentadora que, según algunas estimaciones, podría estar en torno al 10% del PIB del País Vasco. Desde el punto de vista económico, la extorsión fue una catástrofe  para el conjunto de la sociedad vasca, sin olvidar la tragedia que supuso en cada caso tener que hacer frente en solitario a la amenaza de los pistoleros.

Religión y violencia, una historia peligrosa

            El atentado terrorista en París ha vuelto a poner sobre la mesa la relación entre religión y violencia. La reacción de los políticos ha sido de gran responsabilidad al distinguir desde el primer momento entre Islam y terrorismo. Desde muchos frentes se ha señalado que el Islam es tolerante y que los musulmanes emigrantes son pacíficos. Los yihadistas sólo instrumentalizan la religión con fines políticos totalitarios.

            Todo eso es verdad y había que decirlo en esos momentos de confusión. Pero ahora, con la distancia que da el tiempo transcurrido, debemos preguntarnos si no hay en la religión una latente tentación de violencia o, dicho de otra manera, si, para que avance la tolerancia, la religión no debería dar un paso atrás.

            Históricamente ha sido así. La paz llegó a Europa cuando los Estados dejaron de ser teocráticos. En ese momento de madurez cultural que llamamos Modernidad o Ilustración, la tolerancia se convirtió en un tema mayor. Para  poder convivir pacíficamente, respetando las diferencias, había que remover serios obstáculos religiosos. Un gran pensador del Siglo de las Luces, Efraim Lessing, expuso en una pieza teatral,  Natán el Sabio, esas dificultades.  Los protagonistas son un moro, el sultán Saladino; un cristiano, El Templario; y un judío, Natán, un hombre sabio. El político Saladino quiere acabar con tanta guerra entre las tres religiones, pero pronto se da cuenta de que para que callen las armas hay que acabar con la causa de la guerra, a saber, la pretensión de cada una de las religiones de tener la verdad absoluta en exclusiva. Es un problema teológico que, de no resolverse, hará inevitable la guerra. La respuesta la da el sabio Natán: propio del hombre, dice, es buscar la verdad y no poseerla; y algo más: que aunque seamos diferentes compartimos una humanidad común.

12/11/15

Teoría crítica: La ‘Escuela de Frankfurt”. Walter Benjamin: Tesis sobre el concepto de historia” (*)

            Muchas gracias por la invitación. No conocía personalmente a Roberto Bergalli ni a Iñaki Rivera, pero sí había sabido de sus trabajos y me reconocía en ellos por la afinidad temática y metodológica. Por eso tengo la impresión de estar en casa y de ahí el agradecimiento.
            Cuando nos pusimos en contacto, me mandasteis unas preguntas a las que quisiera referirme ahora. Me preguntábais "¿Cuál fue la relación de Benjamin con la Escuela Frankfurt?", "¿Qué supuso la Escuela de Frankfurt para la teoría crítica de la sociedad?", "¿Cuál es la interpretación que podamos dar de las tesis principales de Benjamin sobre el concepto de historia?". Y una que ya es un poco más accidental… ¿qué puedo pensar de la interpretación que hace Michael Löwy sobre el particular?.Entremos en ellas, empezando por la relativa a "Benjamin y la Escuela de Frankfurt".
            Sobre esto de la Escuela de Frankfurt recuerdo que, cuando Habermas publicó la Teoría de la acción comunicativa que fue un acontecimiento mundial; el semanario alemán Die Zeit hizo un gran reportaje y comenzaba contando una anécdota que parece más un chiste: dicen que llegó un reportero norteamericano a Frankfurt para hacer una entrevista a Habermas, y que al llegar al aeropuerto, se dirigió a un taxista diciéndole "lléveme por favor  a la Escuela de Frankfurt" y el taxista le dijo "¿A cuál de ellas?, porque aquí hay muchas escuelas". Y efectivamente hay muchas Escuelas de Frankfurt. Lo que llamamos Escuela de Frankfurt es una iniciativa que tiene lugar en 1922-23 con el objetivo de repensar críticamente el marxismo. Es una iniciativa privada de un grupo de intelectuales, sobre todo judíos. El gran patrón fue Max Horkheimer. En el año 1922 hicieron un primer seminario con la participación de figuras como Lukács, Karl Korsch, Pollock y el propio Horkheimer, es decir, nombres muy importantes de la filosofía marxista. Allí se dieron cuenta de que no bastaba un seminario para repensar críticamente el marxismo, sino que había que crear una institución, un instituto y en ese momento es  cuando madura la idea de la institucionalización de esta reflexión crítica sobre el marxismo. Se crea un instituto que es privado pero bien conectado con la universidad. Al ser privado tenían una libertad mayor en el funcionamiento, pero también querían el caché y la categoría de una institución universitaria. Lo financia un judío argentino que se llamaba Felix Weil y se designa a una persona que tuviera respetabilidad intelectual y esto en Alemania significa que fuera catedrático. Y como Max Horkheimer no lo era se recurrió a Karl Grünberg, que era un buen marxista pero un marxista muy clásico al que le interesaba la economía y no le interesaba para nada el resto. Este hombre se jubiló enseguida y se pensó que lo dirigiera Max Horkheimer, aunque hubiera que buscar los auspicios de un catedrático, en este caso de una prestigiosa figura universitaria como era el teólogo Paul Tillich.

28/10/15

Por qué Europa nace en el Lager (*)

            Jorge Semprún y Elia Wiesel  mantienen una conversación  cincuenta años después de ser liberados del  Büchenwald. Ninguno de los dos quiere ser el último superviviente. Ellos han ligado el futuro de la humanidad a la memoria de la barbarie que han experimentado. Lo que al ser humano quepa esperar pende de un hilo tan delicado y exigente como repensar todo -el mundo y el hombre- a partir del Lager. Saben que han fracasado en su intento. El mundo sigue como si nada hubiera ocurrido. La responsabilidad del último superviviente consistirá en un último esfuerzo, un esfuerzo sobrehumano, para convencer a sus congéneres de lo que en tantos años y con tantos supervivientes no se ha conseguido, a saber, que Auschwitz es lo que da que pensar. Uno y otro piden que se les ahorre esa responsabilidad.
            Sorprende esa reacción en quienes han asumido por entero su papel de testigos. A Semprún le costó lo suyo porque entendió enseguida que tenía que escoger entre la memoria y la vida. Durante dieciséis años optó por la vida, tratando de olvidar el campo con una existencia trepidante  como era la del agitador clandestino comunista en la España de Franco. Hasta que se reconcilió con lo inevitable, a saber, que “el débil estertor del moribundo era la patria de la que no podía escapar”. Su centro existencial era la experiencia de muerte que no podía dejar atrás. Murió entonces Federico Sánchez, su nombre de guerra en el Partido Comunista, y el superviviente de Büchenwald  apareció encarnado en el autor de memorables relatos.

11/10/15

Carta abierta a los amigos socialistas con motivo de la derrota socialista en las elecciones del pasado mes de mayo

Madrid 8 de junio del 2011

Soy uno de tantos dolidos pero no sorprendidos por la derrota del 22 de mayo. Sabíamos, efecto, que la crisis económica y su forma de gestionarla iba a pasar factura. Sabíamos también que la socialdemocracia iba perdiendo la partida en su mano a mano con el neoliberalismo. El socialismo hace tiempo que se dejó seducir por una cultura que bajo el manto de la competitividad y de la globalidad esconde el enriquecimiento como valor supremo, despidiendo así los mínimos solidarios que ha caracterizado a la política europea después  de la Segunda Guerra Mundial. Mientras todos sacaban provecho de la situación, la apuesta funcionaba. Cuando ha llegado la crisis y cada cual ha tenido que contar con sus propias fuerzas, el desastre se ha producido entre los más desfavorecidos.
            En una situación así, sólo cabía encomendarse al fallo del adversario, es decir, a que el adversario desgranara sus medidas contra la crisis, mucho más duras e insolidarias que las del gobierno socialista, pero el fallo no ha tenido lugar. Le ha bastado al PP esperar y ver cómo las medidas adoptadas calaban en el votante socialista y le alejaban en masa del Gobierno que decía representarle.
         La derrota del 22 de mayo ha sido tan contundente que no admite ninguna justificación pero  sí muchas explicaciones, al menos estas tres referidas a la política desarrollada, al discurso socialista y a la pertinencia de la organización, PSOE.

9/10/15

Sur la signification politique chez Walter Benjamin(*)

            Le politique et la philosophie deWalter Benjamin sont deux entités contradictoires? Il y a un grand spécialiste de Benjamin, Stéphane Moses (1) qui propose de diviser l'œuvre de Benjamin en trois périodes, la période théologique – la plus jeune – ensuite la période esthétique c'est le moment de L'Origine du drame baroque allemand (2) et une période politique, c'est le Benjamin du Livre des passages et des Thèses sur le concept d'histoire (3).
            Cependant il faut bien comprendre qu'il a toujours les trois aspects, politique, esthétique et théologique qui sont constants dans son œuvre. L'idée de politique chez Benjamin renvoie à l'idée de messianisme. Le messianisme est une catégorie fondamentale dans son œuvre et cela veut dire justice pour tous et maintenant. Bien sûr Benjamin est un auteur très présent dans la vie politique de son temps, mais l'idée du messianisme est comme une illumination de sa conception du politique. Il y a un rapport entre politique et justice. C'est un rapport qui n'est pas surprenant. Une des figures actuelles de la philosophique politique c'est le philosophe américain John Rawls (4) pour qui la justice est le fondement morale de la politique. Le rapport entre politique et justice n'est pas surprenant.

28/9/15

¡A paseo Aristóteles! o cómo pensar en español

            1. Al contacto con América los exiliados republicanos alumbraron la idea de crear una comunidad cultural iberoamericana. Esa idea, que  ha fecundado muchas iniciativas, se encarnó en los años ochenta en un ambicioso proyecto, la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, auspiciada por los Institutos de Filosofía de Madrid, México y Buenos Aires. Ese largo camino está llegando, tras 23 años, a su fin con 31volumen publicados y la participación de unos quinientos autores.
            Las razones que nos llevaron a aventurarnos en ese proyecto eran fundamentalmente dos. En primer lugar, la conciencia de una filosofía dependiente. Hace unos años tuvo lugar en Roma un encuentro italo-español sobre el tema ¿son las nuestras filosofías dependientes? Los españoles no teníamos duda de que la nuestra lo era. Lo que se discute en Madrid o Barranquilla es lo que nos impone la industria cultural cuyo centro es evidentemente el mundo anglosajón. Los libros que nos inspiran están escritos en alemán, inglés o francés, fundamentalmente.
            La globalización del inglés como lengua franca empuja el pensamiento hacia la uniformidad, al menos en lo que respecta la agenda temática, y eso era visto por todos nosotros como la negación de un espacio propio.

20/9/15

Pasado y presente de Sefarad o La violencia de las identidades colectivas(*)

"No hay nación posible sin falsificación de la propia historia"
Renan
  
            Sefarad: identidad, convivencia y conflicto es una obra del Grupo Eleuterio Quintanilla que nos invita a recorrer una parte de nuestro pasado pero no con la mirada fría del historiador sino con la exigencia moral de la memoria. Bajo este título se agrupan un libro que argumenta sobre la pedagogía de la memoria, y en DVD, materiales para uso del alumnado de Secundaria y Bachillerato.
            Es un libro de historia rigurosa, de ahí que los datos que se presentan sea incontrovertibles, pero también una obra de memoria en el sentido de que los autores de esa lectura del pasado se sienten interpelados moralmente por ese tiempo lejano. Los distintos materiales que conforman este libro hablan de hechos que ocurrieron hace siglos, el destino judío en la España medieval, pero para iluminar nuestro presente. Son materiales destinados a profesores que tienen la tarea de educar a jóvenes (pedagogos) en las demandas de verdad y justicia que esconde el pasado más olvidado.
            "En un país gana el futuro quien llene el recuerdo, acuñe los conceptos y explique el pasado" decía Michael Stürmer,  uno de los participantes en el Debate de los Historiadores que tuvo lugar en la Alemania de los ochenta. Lo que se ventilaba en ese famoso debate entre historiadores no era sólo y no era tanto el conocimiento exacto del pasado, cuanto su significación para el presente. El epicentro de la discusión era un acontecimiento pasado -eso que llamamos Auschwitz- y lo que estaba en juego era su importancia en el alemán actual: ¿podía un alemán actual sentirse orgulloso de pertenecer a una larga historia llena de triunfos, aunque con la mancha del hitlerismo, o más bien había que interpretar toda la historia alemana a partir de ese acontecimiento singular? En el primer caso, Auschwitz sería  visto como un episodio más, ciertamente desafortunado, de una gran historia; en el segundo, estaríamos ante un hecho mayor que obligaría a revisar la identidad alemana, a renunciar al orgullo de una historia de triunfadores y a reconocer que el nuevo principio definitorio de la identidad alemana era "el patriotismo constitucional", una expresión irónica pues la constitución alemana había sido impuesta por los aliados tras la derrota de Hitler. Orgullosos, pues, de someterse a unas reglas de juego democráticas propuestas o, mejor, impuestas por los vencedores.

17/8/15

Sobre la alemanización de Europa y la defensa del pensar en español

Entrevista a Manuel Reyes Mate (R.M) Director de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, en 2009 recibió el Premio Nacional de Literatura en el género ensayo en España. Entrevistado por Alex Ibarra Peña (A.I) del Colectivo de Pensamiento Crítico palabra encapuchada.

A.I: Profesor Reyes Mate le he incluido en esta serie de entrevistas a filósofos e intelectuales latinoamericanos por su destacado esfuerzo de vinculación y cooperación a través del proyecto “pensar en español” en el cual también están comprometidos filósofos españoles como Antolín Sánchez Cuervo y Francisco Martin, entre otros. ¿Nos puedes resumir el ideario de este proyecto del “pensar en español”? ¿Cuál es la evaluación que realizas de los resultados del proyecto?

R.M: La idea de un “pensar en español” es inseparable del contexto de globalización en el que vivimos, caracterizado por una profunda contradicción ya que si, por un lado, se reconoce que cada parte tiene o debe tener su lugar en el todo, ocurre, por otro, que el todo, por lo que respecta al pensamiento, está dominado por una industria cultural que se expresa en inglés. Hay ahí un problema para el pensar diferente y un peligro de pensamiento único. La reacción ante una situación semejante podría ser la de reivindicar lo propio, encapsulándonos en lo castizo. Carlos Pereda ha fustigado esa reacción, explicándola como un berrinche propio de quien se sabe excluido de ese club selecto –porque no se da la talla- donde tiene lugar “la conversación de la humanidad” en inglés por supuesto. El resultado sería la apelación a una filosofía local, “latinoamericana” o “bolivariana” o como quiera llamarse, que tendría el inconveniente de carecer de esa pretensión de universalidad propia de la filosofía tout court. Ese peligro existe pero no se trata de eso cuando algunos reivindicamos un pensar en español. Lo que nos motiva es la conciencia de que al pensar en la lengua que hablamos, el español o castellano, estamos obligados a pensar teniendo en cuenta las experiencias encontradas que alberga esa lengua que ha sido hablada por dominadores y dominados, por amos y esclavos, por víctimas y victimarios. Ese pensar tiene que ser necesariamente interpelante y no puede hacer abstracción de la experiencia vivida. Tendrá que estar guiado igualmente por un logos-con-memoria y no por un concepto abstracto que, como dice Franz Rosenzweig, encierra siempre una dimensión totalitaria. Lo que distingue ese pensar en español de un pensar en inglés o francés no es la lengua en que se formula sino la centralidad de la experiencia recogida en la lengua. A lo que se opone es a un pensar abstracto y, consecuentemente, totalitario.

7/7/15

Pensar en español hoy: entre la hospitalidad y la hostilidad

            1. Hace unos años publicó Carlos Pereda "La filosofía en México en el siglo XX" que, además presentamos aquí en Madrid en el Instituto de México. Hay  un capítulo en  el libro, titulado "Pensar en español ¿un pseudoproblema?" que traigo a colación porque nos va a ayudar a centrar el tema.
            Dice Pereda que eso de pensar en español puede ser una gran perogrullada. En efecto, si por pensar en español entendemos pensar en la lengua que uno habita, la cosa es una perogrullada, “una cosa vulgar e…inevitable”. Lo que sería interesante -y no una vulgaridad como lo de afirmar que se piensa en la lengua que se habla- es preguntarse por cómo comunicaría un hispanohablante en una comunidad internacional de investigación que habla inglés. Obligados a comunicarse en inglés, empeñarse en plantear la cuestión de cómo pensar en español podría ser la expresión de un malestar o un complejo de inferioridad. Una pataleta.
            No parece, en efecto, que el pensamiento en español tenga mucho que ofrecer. Pereda enumera algunas de sus debilidades que si no son congénitas sí alcanzan el estado de endémicas o crónicas. En primer lugar, el fervor sucursalero: tenemos una tradición filosóficamente débil y eso ha alimentado una filosofía dependiente El que sale a estudiar no vuelve nunca. Sigue anclado en lo que estuvo. Uno se apunta a una tradición y es como si entrara en religión. En segundo lugar, el afán de novedades. Nos encanta estar a la última sin haber pasado por la penúltima. Somos posmodernos sin haber sido modernos. Luego están los que, conscientes de estos males, tratan de superarlos con un nuevo y mayor vicio: el del entusiasmo nacionalista. Nada como lo nuestro. Pretendemos sacudirnos la dependencia con una huída hacia adelante o mejor hacia atrás, reclamando una filosofía castiza: “filosofía mexicana”, “filosofía bolivariana” o "filosofía latinoamericana".

2/6/15

Por una justicia anamnética(1)

            1. La justicia siempre ha sido un tema mayor de la reflexión política. Para los antiguos era una virtud superior, “más admirable que la estrella de la tarde y de la mañana”, dice poéticamente Aristóteles, porque se ocupa del bien del otro. Para los modernos es incluso algo más: “el fundamento moral de la sociedad”. La sociedad moderna, democrática y liberal, se legitima en tanto en cuanto se base en principios de justicia.
            Hay quien piensa que el sentido por la justicia es anterior al de por la moralidad. Antes de que el hombre supiera distinguir entre el bien y el mal sabía decir, como hacen todavía los niños: “¡no hay derecho!”. Una preocupación, pues, que viene de antiguo aunque obligado es reconocer que se la ha entendido de muchas maneras. Basta recordar que a la justicia unas veces se la representa como una señora con los ojos vendados y, otras, con los ojos bien dispuestos, para hacerse idea de que la justicia ha sido entendida de muchas y diferentes maneras.
            Por ejemplo, la idea que los antiguos se hacían de la justicia poco tiene que ver con la que se explica hoy en las cátedras de filosofía. Para los antiguos la justicia es, en primer lugar, una virtud, es decir, un tipo de acción con un recorrido limitado puesto que lo propio del acto virtuoso es hacer valer lo que impone la naturaleza. En segundo lugar, importa el otro. Para ser justos hay que atender al otro, dar al otro lo suyo. En tercer lugar, su materialismo: para que haya justicia tiene que haber reparación integral.

28/5/15

Homenaje a Jorge Semprún

            1. Jorge Semprún es un personaje singular: exiliado en su juventud por razones políticas, resistente en Francia, deportado a Buchenwald, superviviente de un campo, combatiente antifranquista en la clandestinidad, escritor, guionista de éxito, ministro del gobierno español... Hay que decir que con la mitad de esto los franceses han hecho de André Malraux un mito nacional.

            2. Son muchos los perfiles que ofrece un personaje tan singular. Yo me voy a fijar en uno que tiene que ver con su inquietud filosófica, una inquietud que se ha trasladado a algunos ensayos, tales como  Mal et  Modernité o Se taire est impossible o sus Conferencias Aranguren  pero que sobretodo impregna su literatura. Si la escritura de Semprún se hace de repente tan densa y profunda es porque asoman en ellas las preocupaciones filosóficas del resistente que fue detenido guardando en  su mochila un ejemplar de la Crítica de la Razón Práctica de Kant.

            3. Fueron precisamente las lecturas de Kant sobre el mal las que le llevaron a interpretar el nazismo como el mal absoluto.

            El epicentro de ese mal le veía él en el tratamiento nazi de la muerte. Lo que se producía en esos lugares en cuya puerta de entrada figuraba el moto "el trabajo os hará libres", era la muerte. El nazismo era una inmensa " "fabrica de cadáveres", decía Arendt,  pero Semprún quería decir algo más. Lo específico, según Semprún,  de esa "fabricación de cadáveres" no era la eficacia en la producción de muertos, sino la imposibilidad del morir. Muerte, sí; morir, no. Propio del morir es entender la muerte como una posibilidad de la vida. Rilke habla del morir como la maduración "de la gran muerte que llevamos dentro", es decir, como la culminación de la vida.

21/5/15

Gerechtigkeit als Antwort auf das Gefühl von Unrecht

Abstract
Moderne Gerechtigkeitstheorien stellen sich in ihrem Ursprung als Antwort auf die bestehenden Ungleichheiten dar. Auffällig ist dabei, dass dieser erste Impuls sich auflöst, sobald die Philosophen mit der Erarbeitung von Theorien beginnen. Es scheint, als ob die ungerechte Wirklichkeit nur der Motivation dient, aber jegliches relevanten Inhalts für die theoretische Reflexion entbehrt. Ist eine Vorstellung von Gerechtigkeit möglich, die in ihrer theoretischen Elaborierung dem Initialmoment des empfundenen Unrechts treu bleibt, und die das Gefühl der Empörung nicht aus den Augen verliert? Sie ist möglich, sofern wir zwischen Ungleichheit und Ungerechtigkeit zu unterscheiden wissen, sofern wir die anamnetische Vernunft anrufen und die Theorie der Gerechtigkeit als eine Abhandlung der Ungerechtigkeit verstehen.
  
Der italienische Jurist Gustavo Zagrebelsky unterscheidet in seinem kurzen, aber substanzreichen Parcours durch die Gerechtigkeitstheorien in La domanda de guistuzia zwei mögliche Ansätze: einen spekulativen und einen  erfahrenes Verfahren. Ersterer abstrahiert von der Erfahrung, um die nötige Universalität jeglichen Begriffs von Gerechtigkeit zu wahren. Eine ihres Namens würdige Gerechtigkeitstheorie muss demnach auf abstrakter Ebene definieren, was gerecht ist, um daraufhin das Ungerechte zu behandeln. Das „erfahrene Verfahren“ hingegen geht von der Erfahrung des Unrechts aus. Die Gerechtigkeit wird auf die eine oder andere Weise eine Antwort auf das Unrecht sein.

Verwiesen sei darauf, dass im Okzident das abstrakte Verfahren überwogen hat. Bei Platon beispielsweise ist die Gerechtigkeit ein Eidos, dem menschlichen Wissen vorgängig, das als Orientierung dient, um über das Unrecht dieser Welt zu urteilen. Bei Aristoteles ist die Gerechtigkeit eine aus der menschlichen Natur hervorgehende Tugend, deren Auftrag ihre Vervollkommnung ist. Für die Moderne ist die Gerechtigkeit Resultat eines deliberativen Prozesses, dessen Ziel es ist, das Gerechte zu bestimmen.

Diese weit zurückreichende Art der Betrachtung wurde bereits von Franz Rosenzweig („von Jonien bis Jena“, sagte er) als idealistisch bezeichnet. Ihr unterliegt die Vorstellung, dass „die Wirklichkeit zu denken“ gleichbedeutend ist mit „sich zu denken“. Die Gefahr ist dabei nicht nur, die Wirklichkeit zu verkennen, sondern dass der Idealismus potenziell totalitär ist. Tatsächlich hat die Wirklichkeit für den Idealismus nur einen Wert, insofern sie erkennbar ist, das heißt als Brennstoff für das Wissen.

20/5/15

Alegato a favor de una estructura ética de la especie

            Un buen planteamiento de los problemas supone ya media solución o, mejor dicho, la solución de un problema depende de cómo se plantee. Se puede dar solución a lo que se entiende que es problemático pero lo que no plantea problemas no merece solución. Comienzo esta reflexión con esta declaración, tan solemne como banal, para dar a entender que el vasto mundo de eso que llamamos bioética sólo tiene ojos y oídos para un determinado campo problemático, dejando fuera de su consideración otro que yo considero previo y determinante.

1. La bioética se ocupa de las relaciones entre biología y ética, es decir, de los conflictos morales  que puede plantear la investigación sobre el cuerpo humano. Esos conflictos tienen como marco o límite, por un lado, la manipulación genética, y, por otro, los derechos humanos. La prensa nos sirve periódicamente sonoros titulares que son conflictos entre la ciencia y la moral, ya sea en torno a la clonación de embriones, la reproducción asistida mediante el recurso a células madres embrionarias, etc. Lo que es conflictivo en todos esos casos es el choque de dos lógicas: por un lado, la del científico que quiere investigar, la de la ciencia que quiere seguir conociendo, y, por otro, la de la moral que aboga por los derechos del ser humano que es objeto de conocimiento o de manipulación científica. Por eso digo que el campo problemático viene decidido por dos supuestos que entran en conflicto: que todo puede ser conocido (supuesto científico) y que enfrente tenemos a un ser humano (supuesto moral).

            Si esos son los términos del conflicto, el debate tiene que concentrarse sea en la naturaleza humana o no del objeto de la investigación científica (el gen, la célula madre embrionaria, el embrión ¿son o no son persona?) o en el cuestionamiento del supuesto científico de que el conocimiento es bueno de por sí. El enorme prestigio de la ciencia no facilita el cuestionamiento de este segundo supuesto con lo que todo el debate se centra en si el material u objeto de la investigación científica es o no persona. Porque en lo que todo el mundo parece de acuerdo es que con la persona humana no se juega, quiero decir, no se la manipula. Es lo que, más elegantemente, dice la declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, aprobado por la Unesco, en noviembre de 1997: No deben permitirse las prácticas que sean contrarias a la dignidad humana, como la clonación con fines de reproducción de seres humanos.

13/5/15

Testimonio, verdad, justicia

Hoy el tema de la memoria está en alza. No siempre fue así. Manuel Fraijó fue pionero en hablar de toda esta constelación de temas desde una filosofía de la religión compasiva. Sirvan estas reflexiones de homenaje cordial a su vida y a su obra.

            1. El objetivo de mi reflexión es responder a la pregunta ¿cuál es el lugar epistemológico del testimonio? Es una pregunta importante si queremos valorar realmente la fuerza del testigo.

            Lo primero que llama la atención es la debilidad de esa figura a lo largo de la historia de la filosofía. El testigo es capital en el pensamiento jurídico, pero no en filosofía y, dentro de ella, en las teorías del conocimiento. En derecho, no hay verdad sin testimonio; en filosofía, sin embargo, la verdad o es objetiva o es intersubjetiva, pero casi nunca está  supeditada al testimonio subjetivo.

            No juega ningún gran papel el testigo, pero sí alguien que se le parece, aunque sea radicalmente diferente. Me refiero a la figura del espectador. El ilustrado Kant coloca en el espectador el barómetro del nivel moral de una sociedad. Cuando se pregunta si existe progreso moral a lo largo de la humanidad, responde que sí y que el criterio consiste en el mayor o menor grado de entusiasmo de los espectadores. La Revolución Francesa, por ejemplo, supuso un avance en la conciencia moral de la humanidad por esa “simpatía (de los espectadores) rayana en el entusiasmo, cuya manifestación ...no puede tener otra causa sino la de una disposición moral en el género humano”(1). Hay pues una disposición moral en la humanidad que determinados acontecimientos históricos, como la Revolución Francesa, activan, produciendo una “simpatía rayana en el entusiasmo”. Ahora bien, si el espectador puede jugar ese papel es porque es neutral, no está implicado, por eso puede ser objetivo. El observador de fenómenos sociales tiene la misma credibilidad que el investigador en las ciencias naturales: pueden valorar la experiencia -el experimento- porque no influyen en él, ni lo juzgan interesadamente.  El testigo, en cambio, sí que está implicado, por eso no tiene credibilidad racional.

12/5/15

Memoria Filosófica

            1. Hay muchos tipos de memoria. Y no me refiero tanto a las memorias subjetivas, que hay tantas como individuos que recuerdan. Preguntado Primo Levi sobre este particular, respondía que "cada uno ha vivido el Lager a su manera; que será difícil encontrar dos versiones iguales, como difícil será encontrar reglas generales” (Levi, 2011, 41). Cada cual recordaba la misma situación de deportado de una manera diferente.

            Me refiero también a la  diversidad en el tratamiento disciplinario de la misma. Para entender esto, debemos tener en cuenta que el pasado es un rico caladero de sentido en el que buscan materia, inspiración o significados la historia, por supuesto, pero también la filosofía, la política o la literatura. Son muchas las disciplinas que recuerdan y cada una lo hace a su modo, con su propia metodología y alcances diferentes.

            Que la historia se ocupa del pasado es una perogrullada. El pasado es su razón de ser. Memoria e historia tienen el mismo material de trabajo, el pasado. Y no sólo eso: la historia tiene su propia idea de la memoria. Sabe que existe esa variante de lectura del pasado y ella misma ha construido una teoría de la memoria que les vale a los historiadores

            También la política, sabedora de su capacidad movilizadora, dispone de una propia política de la memoria. Tanto para construir una identidad colectiva como para sortear determinados  momentos de transiciones políticas (paso de una dictadura a una democracia), la política recurre al poder de la memoria para poner en circulación el tipo de pasado más acorde con sus intereses.

8/5/15

"Estos ¿no son hombres?" La pregunta de tiempos de peligro.

            1. A América fueron muchas Españas: la de los aventureros, de los negociantes, de los militares, de los evangelizadores... Hubo una España, sin embargo, que no pudo ir: la que quedó arrumbada el 23 de marzo de ese 1492, fecha del decreto de la expulsión de los judíos. Entre las Españas que iban en busca de lo desconocido, no iba la España política que fue capaz de convivir con el diferente.

            Pero no faltaron españoles que iban con los ojos bien abiertos, como esa comunidad de dominicos que en 1510 salió del Monasterio de Santo Tomás de Ávila, con Pedro de Córdova al frente. Eran cuatro, entre ellos Antón Montesino, a los que pronto se sumaron otros provenientes del Convento de San Esteban de Salamanca, hasta completar una comunidad de quince frailes, el número autorizado por la Corona.

            Historiadores, como Miguel Ángel Medina o Pedro Tomé, han llamado la atención sobre un  detalle singular: viajaban con libros, algo excepcional porque los libros debían quedar en los conventos para uso de todos, pero justificable en este caso porque había mucho que estudiar en el nuevo destino. El saber de la época estaba muy circunscrito al Orbis Catholicus. Ahora, sin embargo, había que interpretar el derecho, la antropología, la ciencia y la teología teniendo en cuenta a nuevos actores que no eran de las razas conocidas, que  no habían oído hablar del evangelio y que se ubicaban allende los finisterrae ya cartografiados. Había que ir con libros y cuando estos corrían peligro de naufragio, como ocurrió en Campeche a la expedición de Las Casas con 46 dominicos de San Esteban en 1544, los frailes ponían tanto empeño en salvar a los hombres como a los libros.

            Durante todo un año observan en la calle, estudian en los libros y rezan en sus oficios, llegando a la conclusión de que había que hablar. Fieles a su lema -"contemplata aliis tradere"- tenían que pasar de la meditación a la denuncia, del conocimiento a la palabra. Encargan entonces a su mejor predicador, Montesino, "que era aspérrimo en reprender vicios", que tome la palabra y diga lo que todos piensan. Y así lo hace. Ante las autoridades del reino Montesino denuncia la violencia de los conquistadores y plantea una pregunta de consecuencias incalculables: "Estos ¿no son hombres?”

Semblanza de Mariano Pérez Galán

            El filósofo alemán Ernst Bloch se inventó el término de acontemporaneidad para designar al hombre de su tiempo. Acontemporáneo  no es el moderno que está al día en modas, gustos o corrientes de pensamiento, sino el que viene de lejos y se enfrenta a su tiempo con una cierta distancia. En vez de rendirse incondicionalmente a lo que ahora manda, lo que hace es tomarle la medida críticamente, consciente de que ser moderno no es estar a la última sino intervenir creativamente en los tiempos que corren.

            Mariano Pérez Galán venía de lejos y como esos forasteros en las películas del Oeste, su presencia no pasaba desapercibida, aunque callara. Tenía algo que decir, algo que no sacaba de los periódicos al alcance de todo el mundo, sino que traía guardado en algún pliegue de su memoria.

            Al recorrer las páginas del libro que tenemos entre manos, Historia, Política y Educación. Las claves del compromiso de Mariano Pérez Galán, constatamos el interés por la historia, sobre todo referida a la historia de la enseñanza en España.  Si Mariano venía de lejos era porque se había entretenido en el pasado, en vez de precipitarse sobre el presente. Manuel Puelles señala en su estudio introductorio la vocación historiadora de Pérez Galán. Aunque químico por formación, su obra escrita es fundamentalmente la de un riguroso historiador que supo rescatar lo que fue la enseñanza en la II República española, en el franquismo y en la democracia. Desde luego, su aportación al conocimiento histórico, llevado a cabo con el rigor del método más exigente, es indiscutible. Pero conviene entenderlo bien. No le interesaba tanto enriquecer el conocimiento científico del pasado cuanto rescatar para el presente una memoria olvidada que él entendía fundamental para el futuro de este país. Dicen que lo que mueve al historiador es la búsqueda en el pasado de preguntas que hace el presente y que no sabe cómo responder. Lo de Mariano era un poco diferente pues partía de la intuición de que en el pasado republicano había preguntas que no se hacía el presente franquista pero que eran capitales para la construcción de la democracia.

29/4/15

El pensamiento judío hoy: de la asimilación a un nuevo pensamiento

            1. Quiero hablar del judaísmo moderno y no del bíblico o del medieval.

            La modernidad europea está marcada por la Ilustración (mayoría de edad, sapere aude, autonomía y universalidad). Se presenta como un movimiento emancipado, liberado, de la religión, aunque esa emancipación pueda ser crítica y beligerante, como en el caso francés, o cómplice, como en el caso alemán.

            ¿Cómo reacciona el judaísmo? hay un judaísmo que sigue a su aire; hasidismo, la kábala. Y, otro que se siente interpelado dando lugar  a la haskala, o ilustración judía. Sus emblemas son: -la persona del filósofo Moses Mendelssohn, la figura de la Bildung (una cultura universalista, amistosa).

            La tesis de M. Mendelsshon: en la Biblia no hay verdades reveladas. Lo única revelado es la Ley (no sólo código sino modo de estar en y de entender  la realidad: remitiéndola a algo que la trasciende y limita). Plantea "la doble militancia".

            Pero el proyecto de M.M. fracasa doblemente: decae en asimilación (su propia familia: banqueros, músicos, escritores) y la mayoría no se lo creen.

La indiferencia ante las víctimas del tráfico

            Pasó sin pena ni gloria el tercer domingo de noviembre, dedicado a conmemorar en el mundo entero las víctimas de la carretera. Sorprende esta indiferencia si tenemos en cuenta la magnitud de la catástrofe vial: casi un millón y medio de muertos anualmente; unos 50 millones de heridos graves. Mueren en las carreteras más que en las guerra. Y, pese al descenso espectacular de los accidentes viales en España en los últimos años, los expertos avisan que el futuro será peor:  en el año 2030 estos accidentes se convertirán en la quinta causa de muerte en el mundo, en tanto que en el año 2004 ocupaba el décimo lugar.

            Lo que llama la atención es el fatalismo con que se acogen estas cifras. No hay más que ver la emoción social que despiertan las víctimas del terrorismo y el silencio con el que encajamos la información semanal de accidentes de tráfico. ¿Cómo se explica esta pertinaz invisibilización de las víctimas de la carretera?

21/4/15

Cataluña entre Isabel y Europa

            La serie televisiva Isabel muestra bien por qué fue tan importante la creación de un estado. Hasta ese momentos los reinos eran la suma de señores feudales que eran los que tenían ejército, dinero y poder real. Había que acabar con los Padilla, Carrillo o Mendoza que hacían y deshacían en provecho propio. Para conseguirlo, el soberano tenía que tener el monopolio de la violencia. Con ello se conseguía la unidad territorial y una mayor capacidad de defensa frente a los pueblos limítrofes con los que habitualmente se estaba en guerra. Lo tuvieron claro Isabel y Fernando, por eso España fue el primer estado moderno.

            Estas prestaciones prácticas del estado no explican, sin embargo, el prestigio del que dispondrá en el futuro y que todavía hoy sigue fascinando a los nacionalistas. La figura del estado se ha adornado con una literatura incomparable que  funciona como un canto de sirenas que seduce hasta a los anarquistas. El primer verso lo encontramos en Hobbes que comparó al Estado con el Leviatán, ese monstruo marino del que se dice en el libro de Job que "no hay poder en la tierra que se le compare". El estado representa al soberano que tiene el poder de defender a los suyos y llevarles a buen puerto, contando para ello con instituciones políticas, económicas y militares que se le sometan. Es la versión política de Dios. El otro cantor del estado es Hegel que se no fija en su poder, como Hobbes, sino en su bondad. El estado, dice Hegel, es la "totalidad ética", es decir, es el modelo político ideal porque consigue aunar los intereses de la comunidad con los de los individuos. El soberano, al velar por el bien común, está creando las condiciones para que los individuos desarrollen sus talentos individuales.

13/4/15

Tiempos de memoria en el País Vasco

"La estrategia del diablo es hacernos creer que no existe", Charles Baudelaire

            Los resultados electorales de Bildu no por esperados dejan de ser menos sorprendentes. Son los votos de los que no se sienten interpelados por los sufrimientos causados por la violencia terrorista en buena parte gracias a su complicidad; son las voces de los que plantean una "normalización" de la política vasca como si aquí no hubiera pasado nada. Son los votos y las voces de los que quieren pasar página.

            ETA ha perdido la guerra de las armas pero los suyos están ganando la batalla hermenéutica, ésa que se desarrolla en el campo de las interpretaciones de los hechos. Llegados a este punto la tentación de bajar los brazos es grande, pero sería un grave error porque la historia sólo cambia lentamente. Aquí  no vale lo de Armstrong (el astronauta, no el ciclista): "un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad". La historia no acostumbra a dar salto sino pequeños pasos.

            Lo que habría que preguntarse es si quienes se sitúan al lado de las víctimas lo están haciendo bien. Tengo  la impresión de que se ha apostado unilateralmente por la batalla legal y ésta tiene un recorrido muy limitado.

La moda ética pide paso

            Acaba de celebrarse en París un Desfile de la Moda Ética. Hay que reconocer que la iniciativa tiene su gracia. Se quería llamar la atención sobre el trabajo artesanal de mujeres bolivianas que quieren ganarse la vida ofreciendo calidad y precios justos. Entrar con esos nobles objetivos en un mercado como el de la moda tiene su punto de provocación. La moda, en efecto, mueve millones porque es un mundo altamente industrializado, dominado por potentes multinacionales que se rigen por el principio del beneficio a cualquier precio, incluyendo en ello un agresivo capítulo de publicidad para hacernos ver que es de noche aunque luzca el sol a pleno día. En el territorio de la moda la única ética que se admite es la estética.

            Pues bien, la moda ética quiere competir en ese negocio. Evidentemente lo tiene difícil, sobre todo si triunfa. Si consigue, en efecto, estar a la altura de otras firmas bien conocidas será  porque los modelos inspirados en su rica tradición van a imponerse, en cuyo caso los tiburones de la gran industria se apoderarán de sus tradiciones, de sus diseñadores y de sus trapos. Sintomático en este sentido ha sido la camiseta de Sánchez Gordillo, el alcalde de Marinaleda que ha sido noticia por llevarse de un supermercado un carrito lleno de comida sin pasar por caja. Pues bien, una cadena de ropa joven perteneciente al grupo H&M, ha puesto a la venta una camiseta con esta leyenda: "Comida para la gente. No a un mundo hambriento". Han tomado al barbudo alcalde andaluz por un moderno Robin Hood y eso vende en el mundo sajón. Si tenemos en cuenta que una camisetilla de algodón se vendía a veinte euros por pieza, nos hacemos una idea del destino comercial de lo que quiso ser un gesto de denuncia.

6/4/15

Templos de pago

            Para entrar en las iglesias españolas hay que pagar. No en todas ni a todas horas pero sí en las que tienen un valor artístico especial. Quien quiera visitar el románico de Palencia o de Segovia tiene que pasar, salvo excepciones, por taquilla. Hay catedrales castellanas, tan impermeabilizada a la mirada del turista, que el mero intento de empinarse para ver algo sin pagar está considerado por el personal de custodia como un ataque a la propiedad.

            No hace mucho, la cosa era diferente. En la iglesia segoviana del Corpus Christi sonabas la campanilla y la monja te colocaba en el torno conventual las llaves de la iglesia que en tiempos fue sinagoga. Ahora en la mayoría de los templos hay que sacar entradas como quien va a un museo.

            Hay juristas que dudan de la legalidad del procedimiento. Esos lugares religiosos, subvencionados por el Estado de múltiples formas, son patrimonio cultural del pueblo que debería tener libre acceso al mismo. Pero no es el aspecto legal el que ahora me interesa, sino el cultural, incluso el religioso.

Cambio interior

            Muchas víctimas del terrorismo etarra han rechazado el Plan Integral de Reinserción propuesto por el Gobierno del Partido Popular. Se sienten traicionadas porque Rajoy dice ahora lo contrario de lo que antes, contra el Gobierno Zapatero, defendieron juntos. Por ejemplo, con el acercamiento de los presos. Han sostenido contra viento y marea que para obtener ese beneficio los presos tenían que pedir perdón, ahora basta con rechazar la violencia. Por eso amenazan con salir a la calle como lo hicieron antes pero en lugar de ir con ellos, contra ellos.

            Estas  Asociaciones de Víctimas han aprendido en sus propias carnes que en asuntos de violencia, el Estado no admite socios. Es su responsabilidad y la ejerce solitariamente. Para el Estado, el primer objetivo es la vida de los vivos y eso con frecuencia significa relegar a un segundo plano los derechos de los muertos. Aunque víctimas y Partido Popular hayan ido de la mano en la oposición, ahora descubren que sus intereses no son necesariamente coincidentes.

31/3/15

Esperando al político de la crisis

            De esta pertinaz crisis hemos sacado, al menos, un par de lecciones. La primera, que los economistas en puestos de mando ni se enteraron. La segunda, que los políticos en el poder no saben, no pueden o no quieren hacerla frente. Ángela Merkel ha cogido el timón para salvar sus muebles, es decir, los intereses de la banca alemana; y Sarkozy trata de evitar el naufragio hundiendo a la vecina España. La crisis acabará cuando escampe, no porque alguien la haya vencido.

            Como la historia ha de seguir y de ésta saldremos, lo que puede resultar productivo es aprovechar la dura experiencia para fraguar un nuevo tipo de político. No nos vale aquel cuyo ideal es volver a los viejos buenos tiempos. Y ese tal, aunque con matices y diferencias, es el que está en el mercado. Ese político, si se cree lo que dice, es un inconsciente, y si no se lo cree y lo dice, un farsante.

            El nuevo político debería formarse en la escuela del trapero. No es una boutade. Trapero en alemán se dice Lumpen, un término mayor en la jerga política clásica, como bien saben los viejos marxistas. Marx despreciaba al Lumpen porque eran unos parásitos andrajosos que no producían nada. Por esa misma razón cortejaba al Proletariat que, esos sí, hacían andar la rueda de la historia. Pensó en una revolución que  reconociera al proletariado en la esfera política un peso similar al que tiene en el proceso de producción.

Una oportunidad de oro

            La noticia de que el medio millón de doblones de oro de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes", rescatados del fondo del mar por la compañía norteamericana Odyssey, volvía a la península, fue saludada por el facundo Ministro de Educación, José Ignacio Wert, con un suspiro de alivio. “Por fin, una buena noticia” dijo, "que no nos saca de pobre pero que nos va a enriquecer". Luego vino el debate para decidir que hacer con ese inesperado regalo: que si para un museo, que si invertirlos en cultura o para paliar algún desperfecto de la esta crisis de nunca acabar.  En algunos de esos programas cara al público, alguien ha deslizado la idea de por qué no devolverlos al Perú o al Ecuador. Es una idea extravagante porque español era el barco, españolas sus colonias y español el dinero gastado en pleitear por su propiedad.

            Claro que el oro era indígena como las manos de los que lo arrancaron de las entrañas de sus tierras. Convendría detenerse ante esa extravagante idea. Si hay un lugar en el que esa recomendación tiene sentido es precisamente en Valladolid. Aquí tuvo lugar un debate en el que, con cuatro siglos y medio de anticipación, se discutió sobre los derechos de los españoles sobre los bienes de aquellas tierras.

18/3/15

El Mirandés por ejemplo

            Un modesto equipo de fútbol, compuesto de aficionados, ha ganado merecidamente a otro de profesionales ricos. La noticia no merecería mayor atención si no fuera porque, en esta España que zozobra por sus problemas económicos, el fútbol de los ricos, que es muy rico, simboliza como nadie el lujo y despilfarro que nos ha llevado a la crisis actual, mientras que el fútbol de los pobres, que es pobre, anuncia el futuro que nos espera. Contra lo que pudiera parecer, ese futuro más modesto, que ha ganado al rico, es una potente señal de esperanza.

            El presupuesto anual del Mirandés es casi equivalente a lo que cobra el jugador del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, en mes y medio. Esta distancia sideral no debería permitir que hubiera puntos de comparación entre ambos equipos. Nada les debería ser común porque, aunque los ricos también lloran, se consuelan pronto yendo de compras. Pero hete aquí que esos puntos de contacto los hay. El entrenador del Mirandés, Carlos Pouso, les ha cogido al vuelo al decir "los pobres a veces somos más felices que los ricos". Los jugadores de equipos pobres y los de equipos ricos penan y gozan, con la diferencia de que la alegría y el sufrimiento del jugador no están en función de la cuenta corriente, sino que son el resultado de su propio esfuerzo. Por eso el entrenador mirandés da un paso más y se compara con Mourihno "al que no llega ni al barro de los zapatos", dice, pero sintiéndose "más feliz que él".

Dar ejemplo y algo más

            Desde que el Rey pidiera en su mensaje navideño "rigor, seriedad y ejemplaridad ente quienes representan las instituciones", se ha repetido por cabañas y palacios el deber de dar ejemplo. Parece algo tan obvio que habría que preguntarse por qué suena tan nuevo. Lo que ha pasado en los últimos decenios es que al político se le medía por sus éxitos o, al menos, por su eficacia, sin preocuparse mucho de cómo vivía o cómo lo hacía.  Los políticos españoles seguían la senda del francés Bernard Mandeville, el autor de un libro cuyo subtitulo era ya una declaración de principios: "Los vicios privados hacen la prosperidad pública".

            No parece, sin embargo, que los vicios privados y el saltarse a la torera la normas públicas hayan contribuido a la prosperidad general a juzgar por la crisis que padecemos. Lo que sí han traído consigo han sido muchos casos de corrupción que han generado fortunas sospechosas al precio de vaciar las arcas públicas. El caso de Berlusconi  es harto ilustrativo. Sus votantes celebraron durante años sus vicios privados pensando que lo importante era la buena salud de las cuentas públicas. Hasta que el famoso mercado le echó del poder porque todo ese ajetreo orgiástico lo que estaba produciendo era la ruina del país.

24/2/15

El barroco, un mundo que retrata la miseria presente

             El éxito de La Vida es Sueño, de Calderón de la Barca, que ha tenido lugar en Madrid, en el otoño del 2012, ha tenido mucho que ver con la interpretación  tan convincente de Blanca Portillo, en su papel de Segismundo, sin olvidar el resto del reparto; con la dirección tan segura de Helena Pimenta; con la versión tan depurada de Juan Mayorga.  Ahí están sin duda las claves del éxito. Pero no habría que descartar otro factor que tiene que ver con el público siempre pronto a asistir a una buena representación de una obra clásica. Este público que ha agotado todas las plazas del Teatro Pavón de Madrid, vive angustiado por una crisis de dimensiones epocales. Habría que preguntarse si ese estado de ánimo es ajeno a la respuesta.  Hay quien ha visto en el barroco, la cultura envolvente de La Vida es Sueño, un adelanto del siglo XX. Calderón nos convocaría porque nos sentimos expresados. Este es el contexto de las siguientes reflexiones en las que, de la mano del autor del Origen del drama barroco alemán, Walter Benjamin, voy a desarrollar la idea de la complicidad entre el barroco y nuestro tiempo.

12/2/15

Sobre la justicia restaurativa

             1. Este encuentro tiene por objetivo la justicia restaurativa. Aunque no sea jurista, me siento interpelado por la convocatoria porque  la justicia restaurativa no es sólo una variante del derecho penal, sino también una cultura, una variante de la “filosofía práctica”, de esa teoría de la justicia que se sitúa entre la política y la moral.

            Podemos hablar de una justicia penal restaurativa pero también de una teoría filosófica de la justicia restaurativa, que sería como el marco general del derecho restaurativo.

            ¿En qué consiste ese marco general que llamamos justicia restaurativa o reconstructiva? Es un enfoque singular de la justicia. La justicia canónica está centrada en el autor del daño que es el sujeto de la injusticia. Esa preferenciaesta implícita en el término castellano de “justicia” que puede entenderse como una virtud o como sinónimo de verdugo: el justicia es el que ajusticia. Pese a esta lejanía semántica hay algo en común entre ambas significaciones si recordamos que la justicia tiene ver sobretodo con una intervención sobre el culpable, quedando en segundo lugar la atención al sujeto pasivo del daño(1).

            Cuando la filosofía práctica se ha preguntado por la maldad del crimen, ha buscado en algunas de estas tres direcciones: la autoridad de la ley, la seguridad de la sociedad o la educación del culpable.

4/2/15

La memoria nos prohíbe guardar silencio pero nos manda guardar al silencio

"Las grandes figuras históricas tienen que aplastar muchas flores inocentes, destruir por fuerza muchas cosas a su paso”, Hegel

"Yo estoy recogiendo flores al borde de una existencia bajo mínimos", Walter Benjamin
  
             Quiero comenzar esta intervención agradeciendo a los profesores Eduardo Fermandois y María José López la organización de este congreso. Ellos han asumido la enorme responsabilidad de convocar a la comunidad iberoamericana de filosofía a sabiendas que la escasez de medios tenían que suplirla con su inteligencia y su trabajo. En esta última sesión del IV Congreso Iberoamericano de Filosofía, bien se puede decir que ha sido un éxito, de ahí que, además de felicitarles, les reitere, a ellos y a cuantos lo han hecho posible, el más sincero agradecimiento en nombre de los participantes.

            1. En el día de ayer tuve la oportunidad de visitar el Museo de la Memoria de Santiago de Chile. Hay a la entrada unos pequeños paneles que recuerdan los países que han creado comisiones de la verdad. Son más de treinta. Este hecho avala la idea de que la memoria está en alza. Sería exagerado calificarlos como "era de la memoria" aunque sí de progresivo desprestigio del olvido. Las víctimas se han hecho visibles y eso es una novedad porque durante siglos habían sido invisibilizadas, ocultadas, olvidadas.

25/1/15

Memoria de la barbarie y construcción del futuro

"La estrategia del diablo es hacernos creer que no existe", Charles Baudelaire

            1. Recordamos  el día de la liberación de Auschwitz y, por tanto, a todos los deportados a campos de exterminio, campos de concentración y campos de trabajos forzados. Recordamos a los millones de judíos asesinados en las cámaras de gas, a los gitanos, homosexuales, combatientes, muchos de ellos republicanos españoles, o disidentes internados en el universo concentracionario, víctimas de la barbarie nazi.

            No ha sido fácil llegar hasta aquí. Hubo un largo tiempo de silencio, después de la  II GM porque lo que entonces mandaba era el olvido. Había que mirar hacia adelante para levantar una Europa en escombros y, por tanto, no echar la vista atrás; a los supervivientes judíos en Estados Unidos se les decía que se asimilaran, que se integraran en la nueva realidad, olvidando el pasado. Ni siquiera en el Israel de la época sobraba calor para los supervivientes de la Shoah. Había algunos que querían hablar pero nadie les escuchaba. "Lo que habían padecido los judíos no suscitaba interés", dice Simone Veil, superviviente de Bergen-Belsen. Sólo querían oír las gestas heroicas de la Resistencia, pero no lo que millones habían sufrido. Cuando  alguien veía su tatuaje sobre el brazo decían: "¡Vaya¡, quedan judíos. Pensábamos que habían muerto todos". No querían oír a Primo Levi, demasiado triste; ni a Jean Améry, un amargado que hablaba desde el resentimiento.

19/1/15

El deber de memoria al rescate

            Primo Levi no esperaba de sus oyentes compasión sino justicia. Y tanto él como los demás sobrevivientes de los campos de exterminio en Polonia, liberados en enero de 1945 y que cada año recordamos por estas fechas, ligaban la justicia a la frágil figura de la memoria elevada por ellos mismos a la categoría de deber. El deber de memoria como instrumento de un tiempo justo no sólo para las víctimas sino para la sociedad por venir.

            Es todo menos evidente que la memoria tenga ese poder casi taumatúrgico. De hecho los Aliados, tan interesados como las víctimas en evitar la repetición de la barbarie, propusieron medios más efectivos: el plan Marshall, imponer a los alemanes una constitución democrática, incidir en las escuelas o controlar la cultura. ¿Por qué las víctimas, sin embargo, desconfían de todo eso y apuestan decididamente por el deber de memoria? Porque vivieron lo impensable: lo que ni la escuela, ni la cultura, ni los sociólogos, ni los economistas jamás soñaron. Y cuando el horror impensable ocurre, hay que tenerlo siempre presente. Lo impensable se convierte en el punto de partida de lo que hay que pensar. El deber de memoria no consiste en acordarse de lo mal que lo pasaron los judíos, sino en entender que nuestra construcción racional y moral del mundo tiene fundarse en el sufrimiento de las víctimas. Eso es una novedad porque, aunque es inveterada nuestra capacidad de causar dolor, nunca hemos dado importancia al sufrimiento de las víctimas porque eran literalmente insignificantes. Ahora son como el apriori del significado.

16/1/15

El inútil empeño de los enterradores de la memoria

Presentación del libro de Francisco Ferrándiz, El pasado bajo tierra. Exhumaciones contemporáneas de la Guerra Civil

            1. Oí decir a la Directora de la Unesco en México, antropóloga ella, en el Día Mundial de la Filosofía, en el que tuve el honor de participar: "me gustaría que la antropología cultural encontrara su relación con la filosofía y dejara de ser el cuento de las procesiones". Pensé en este libro donde se encuentran mucha de esas preocupaciones comunes y se fecundan.

            El autor habla como antropólogo social y reivindica esa mirada. Y aunque en ningún sitio lo defina, uno acaba entendiéndola por lo que va contando. Este libro es un gran homenaje a esa disciplina.

            La antropología social tiene algo de arqueología pero es algo más y algo distinto ya que exhuma cadáveres, sí, pero no se fija en los restos por sí mismos, sino en la consecuencias de su aparición en el tiempo actual. En la que provoca o despierta. Es historia pero también memoria pues es sensible a las "memorias reprimidas" que se desatan en el momento de la exhumación. La antropología social, tal y como la presenta Francisco Ferrándiz, establece una relación entre pasado y presente en el sentido de que las exhumaciones, al tiempo que aportan información precisa sobre el pasado (la colocación de los cuerpos, los cráneos agujereados, el reloj que certifica quien era su poseedor etc.), cuestiona el presente con una fuerza "que no tienen ni los testimonios ni la historiografía". Esa fuerza proviene no de la retórica, de la palabra, sino de la elocuencia de los hechos; de la significación que tienen los hechos, independientemente de la interpretación de la palabra de la víctima.

11/1/15

La Navidad, un tiempo agradecido

            Llega la Navidad del 2014 con una doble queja que viene de lejos. Desde el frente laicista se dice que sobran símbolos religiosos en lugares públicos como ayuntamientos o escuelas, por no hablar de los interminables villancicos que algunas iglesias cuelgan de sus campanarios. Desde la sensibilidad religiosa, sin embargo, lo que se oye son lamentos porque estas efemérides cristianas, llenas de contenidos trascendentales que afectan al sentido de la vida de los hombres y de la historia de la humanidad, se resuelve en un desatado consumismo que en nada recuerda sus orígenes religiosos.

            Tratándose de ritos tan arraigados -ritos que han marcado las biografías personales y también la vida de los pueblos- conviene no apresurarse en los juicios. Es mucho lo que se ha ido pero es mucho también lo que queda. Se está produciendo un gran cambio que los defensores tanto de la secularización total como de la fidelidad al sentido religioso deberían tener en cuenta antes de dictar sentencia sobre si hay que acelerar el proceso o detenerle.

El talante importa más que los contenidos

            Pablo, el de Podemos, quiere hablar con Francisco, el del Vaticano, ya sea en Roma o en Vallecas, porque piensa que tienen algo que decirse. Puede parecer presuntuoso que un recién llegado a la gloria de la política, como Pablo Iglesias, busque el compadreo con alguien que viene de muy lejos. Son dos mundos efectivamente inconmensurables pero que tienen, sin embargo, un punto en común: ambos representan un tiempo nuevo que despide a otro, ya agotado.

            Hay una saturación en el ambiente que anuncia, a quien quiera  oírlo, que el futuro no será más de lo mismo. Esa saturación es evidente en las instituciones de la Vieja Europa, pero también se observa en el Nuevo Mundo, por ejemplo, en México. Lo que hasta ahora era tolerado, ya resulta insoportable. Esto vale para la corrupción, pero también para el funcionamiento de los partidos.

En torno a la Vida es Sueño

            Oí hace poco decir a Helena Pimenta que una directora sobre todo tiene que decidir. La Vida es sueño ofrece múltiples posibilidades. Hay saber elegir un camino y ser consecuente. Blanca Porillo me aclaró el camino seguido en este caso: le interesó el Segismundo frágil, maltratado por la vida, falto de calor, y que lucha por ser él, por conquistar lo que se debe a un ser humano. Ese camino elegido no es el único ni seguramente el más frecuentado, pero es quizá el que explica su gran éxito, si se puede hablar así.

            Quisiera detenerme en ese Segismundo: nace, como los héroes clásicos, Edipo o Moisés, condenado; como ellos lucha contra su destino, aunque  a diferencia de ellos escapa del destino, le sortea y le vence. Se libera de las cadenas que no sólo le privaban de la libertad sino que le animalizaban. Conquista la humanidad: alcanzando la libertad y algo más. En esto quisiera detenerme.

4/1/15

Una claridad subversiva

Presentación del libro de José María Castillo, La laicidad del Evangelio.

            1. Yo he venido por una botella, para devolver una botella de Porto que José María nos entregó en  Oporto, a Tere y a mi, hace tres años y yo no veía la ocasión de hacerla llegar a su dueño.  Habíamos participado en un congreso sobre religión y los organizadores nos obsequiaron con unas botellas de Porto. Como José María volvía por avión y viajaba con bolsa de mano, no podía traérsela, así que nos hicimos cargo de ella nosotros, que viajábamos en coche, con la promesa de que José María vendría a buscarla. Pero no vino, así que su llamada me brindaba la ocasión de devolverle lo que era suyo. Fue entonces cuando le conocí por primera vez.

            También sentí una gran alegría y gratitud por la invitación que hizo hace unas semanas para participar en esta presentación. Cuando le conocí en Oporto experimenté una de esas "afinidades electivas", una cercanía trabajada a lo largo del tiempo, que me llevó a aceptar la invitación sin dudarlo, aunque yo en ese momento estaba haciendo las maletas para ir a México de donde acabo de regresar.