20/6/16

Los jueces son de este mundo

            Este diario daba hace poco la noticia de un juez británico que pagó la multa de una joven condenada por apuñalar a su violador. El mismo juez que la condenó, teniendo en cuenta todas las circunstancias atenuantes del caso, entendió que debía salvarla de la prisión pagando de su bolsillo la sanción impuesta.

            El caso, tratado informativamente como una compasiva anécdota, es, sin embargo, bastante más pues se suma a otros que replantean el papel casi divinal del juez en una sociedad humana.

13/6/16

La posmemoria

Abstract:
La reflexión sobre Auschwitz ha entrado en una nueva fase porque están desapareciendo los testigos y ha llegado el momento de pensar la memoria sin supervivientes. A eso se refiere la posmemoria cuya tarea principal es una construcción social de la memoria que fecunde el presente con la significación de ese pasado. Conforme pasa el tiempo se amplía la mirada de la memoria. Aparece, por ejemplo, el tema de los alemanes como víctimas, un asunto fundamental para precisar el significado de víctima; también es notable la revisión crítica desde el propio judaísmo del uso de la memoria. No todo ha sido trigo limpio. Desde un punto de vista filosófico no carece de importancia la pregunta sobre cómo leer tradiciones académicas que callaron sea porque miraron hacia otro lado sea porque no tenía nada que decir ante  la barbarie. Invita a la reflexión, finalmente, el hecho de que textos antiguos de supervivientes sean editados o reeditados ahora, caso de Antelme y Levi. Ante el desgaste o desviación de términos forjados por ellos, aparecen de nuevo para enfrentarse no a su tiempo sino al nuestro.

1/6/16

Jueces en el banquillo

(Carlos Jiménez Villarejo y Antonio Doñate Martín, 2012, Jueces pero parciales. La pervivencia del franquismo en el poder judicial, Pasado&Presente, Barcelona)*

            En la transición política española la justicia transicional no era una opción sino una obligación que los jueces no cumplieron. Cuando se achaca a esa transición que se hiciera bajo el signo de la desmemoria, corremos el peligro de entender la memoria en un sentido meramente moral. El olvido de las víctimas se reduciría entonces a un lamento por desvincular la nueva democracia de la causa que ellas defendieron y por la que fueron asesinadas. Como si hubieran muerto en balde.

            Ahora bien, si justa fue su causa e injusta la de los insurrectos, como recoge el preámbulo de la Ley del 24/06, no se puede pasar de la dictadura franquista, impuesta por los insurrectos, a una forma de convivencia, respetuosa con los derechos humanos, más que haciendo justicia, esto es, reparando el daño a las víctimas y procesando a los culpables. En eso se substancia la justicia transicional. La memoria es justicia y no sólo lamento.

Arnaldo Otegi perdido en el tiempo

            En la cárcel el tiempo se para de suerte que quien la deja tras cumplir condena no sólo tiene ante sí la tarea de integrarse en un sistema que ha violado de alguna manera sino también la de descifrar códigos de conducta y criterios de valor que han aparecido en su ausencia.

           A este destino, que certifican los que han pasado por la cárcel, no ha escapado Arnaldo Otegi, recién salido de prisión, aunque no parece que ni él ni los suyos hayan tomado conciencia del despiste que padecen. Los gritos de “lendakari” e “independencia” con que fue recibido, tras ser liberado, indican claramente que se le espera para liderar la izquierda abertzale -amenazada electoralmente por nuevos agentes- en su marcha hacia “la creación de un nuevo Estado en la UE” y no ya fuera de Europa o contra ella, como en los viejos tiempos.