23/6/21

Hora de desmentir la historia

            De la política uno espera que si cae enfermo tenga a mano un hospital público y, también, que se haga cargo del territorio que habita, de suerte que se pueda vivir allí pacíficamente. La pandemia es un buen ejemplo de cómo la intervención pública salva a los individuos, y, la cuestión catalana, ejemplo también de cómo los políticos pueden empeorar la vida social. Hace falta un buen puñado de errores políticos para doblar, en sólo una década, el número de independentistas catalanes. Pero entre todos -con el apoyo de unos más que de otros, ciertamente- lo hemos logrado.

             Ahora nos encontramos en un momento singular en el que todo puede empeorar o encauzarse. La singularidad del momento no viene dada tanto por la concesión de un indulto parcial a los condenados, cuanto por la movilización sentimental que ha suscitado. Todo el mundo se siente afectado y todo el mundo quiere hacer valer su opinión. Podemos, si acertamos, dar entre todos un salto hacia adelante o, si erramos, enquistar la situación.