1. Por los campo de Castilla abundan
en verano cursos estivales en torno al
tema de "las tres culturas". Ávila,
Segovia, Medina del Campo, Cuéllar, Olmedo o Arévalo son lugares en los que no
es difícil imaginarse una mezquita en lo que hoy es iglesia o un minarete tras
lo que hoy es una torre adosada a alguna ermita. El tono de las intervenciones
suele ser autocomplaciente porque nos sentimos herederos de un pasado de
tolerancia instaurado mucho antes de que los
Locke, Voltaire o Lessing sentaran las bases de la tolerancia moderna.
Lo que en esos casos solemos olvidar
es que de donde realmente venimos es de la negación de las tres culturas.
Nosotros no somos herederos de la convivencia sino de su negación. La España que ha llegado a
nosotros tuvo por cimiento la expulsión de los judíos y de los moriscos.