28/12/15

Cultura de la memoria y de la Paz (Mesa redonda)*

             Dice Paul Ricoeur que,  cuando desaparecen los testigos, la memoria se disuelve en historia, es decir, dejamos de preguntarnos por el sentido moral del pasado para el presente y nos concentramos en conocer los hechos.

            Mi opinión es que eso puede valer para la I Guerra Mundial pero no para Auschwitz. ¿Por qué? Porque Auschwitz significa que ocurrió lo impensable, lo incomprensible, y cuando eso ocurre, lo ocurrido se convierte en lo que da que pensar.

            Me explico: Digo que "ocurrió lo impensable" y así fue: el asesinato de todo un pueblo, por el hecho de nacer judío, ante la mirada indiferente del 90 % de los europeos, según estimación de George Steiner. Eso lo hace incomprensible, aunque conozcamos perfectamente lo que se hizo y cómo se hizo. Incomprensible significa moralmente injustificable, pero también racionalmente inexplicable.

Sin novedades en el año nuevo

            Es de ley acometer el nuevo año con espíritu innovador y eso consiste al menos en evitar repetir errores de bulto e incorporar a la agenda personal alguna novedad que nos saque de la rutina. Los buenos propósitos duran poco, es verdad, pero eso tampoco nos angustia demasiado ya que la rutina  tiene su encanto y eso de la novedad es un bien que además de escaso es confuso.

            El modelo de novedad más a mano es el de la moda. Es una novedad efímera, fugaz, que se disuelve al manifestarse. Se hace vieja en el momento mismo de su aparición, de ahí que los modistos hagan coincidir el momento de la presentación de una colección con la preparación de la siguiente. Esa novedad no tiene historia ni futuro pues vive de instantes que no comprometen a nada. Esta novedad, aunque sea un invento de la moda, se la han apropiado los políticos. Cuando hacen una promesa no piensan en su cumplimiento sino en la eficacia (electoral) del momento. Los ciudadanos de a pie también la hemos comprado. Vivimos al día por eso cuando nos prometemos en algo, como al inicio del nuevo año, desistimos pronto porque la lucha por la supervivencia consume casi todas las energías de innovación.

            Hay otro tipo de novedad, el del agua del manantial. El manantial está ahí desde tiempo inmemorial, pero el agua fresca y cristalina fluye por primera vez ante nuestra presencia. La novedad que representa esa agua tiene relación con el pasado, pero es una novedad creativa porque no repite, no se repite, sino que hace presente agua nueva, por estrenar.

18/12/15

El intelectual y el profesional de la política

            Volátil es en este momento el gusto político de los españoles y por eso resulta aventurado marcar preferencias con sólo otear el horizonte. El entusiasmo o, más modestamente, la buena acogida que han tenido las candidaturas de Ángel Gabilondo y de Luis García Montero, para disputar la presidencia de Madrid, por parte del PSOE y de IU, respectivamente ¿están dando a entender algo nuevo o todo se reduce a la curiosidad del momento?

            Razones hay para pensar que el personal está harto de un determinado tipo de político y que está esperando a otro, no muy lejano del que encarnan estos dos nombres.

17/12/15

Memoria e historia. Setenta años después

            Decía Paul Ricoeur que cuando mueren los testigos de un acontecimiento pasado la memoria se disuelve en historia, es decir, dejamos de preguntarnos por el sentido que aquel pasado pueda tener para el presente y nos concentramos en conocer lo mejor posible qué fue lo que ocurrió. Esta idea, que tantos historiadores y ensayistas comparten, se puede aplicar a la I Guerra Mundial pero en absoluto a Auschwitz. Una y otro son acontecimientos pasados pero están hechos de distinta pasta.

            Los historiadores, en efecto, han explicado satisfactoriamente cómo y por qué ocurrió la Gran Guerra, pero no hay manera de explicar el por qué del holocausto judío. Es verdad que conocemos al detalle cómo ocurrió, pero sigue siendo incomprensible. No hay proporción entre las causas aducidas y lo que realmente tuvo lugar. Se dice, por ejemplo, que los judíos eran los amos de las finanzas del mundo, pero ¿cómo explicar que asesinaran a los más pobres? Otros dicen que controlaban el poder , pero entonces ¿cómo explicar el asesinato de un millón de niños?... El pueblo judío fue condenado a desaparecer no por algo que hicieran sino por el hecho de nacer judíos. Esa monstruosidad llevada a cabo ante la indiferencia del noventa por ciento de los europeos, pero con la complicidad de importantes sectores de la sociedad, eso es lo que no hay manera de explicar razonablemente.