21/7/21

Francisco Portales, un maestro de la República “desparecido”. Homenaje y polémica*

            Quiero dar las gracias a la familia Portales y demás organizadores del acto por la invitación a expresar en voz alta los sentimientos  que seguramente compartimos.

            Este homenaje es un acto de justicia que debemos a la víctima de la violencia franquista y también es un acto cívico con su correspondiente significación política y moral.

            Es, en primer lugar, un acto de justicia que debemos a alguien que, siendo inocente, fue tratado como un delincuente, condenado a la edad de 69 años a 12 años de cárcel.

            Francisco Portales era un maestro de la República, condenado por ser leal, muerto por enseñar a leer (su muerte fue el resultado de una paliza en la cárcel por enseñar a leer a otros presos), y todavía desaparecido por incuria del Estado.

            Se suele decir que la Segunda República era una "república de maestros" por la importancia que se dio a la educación, de ahí la  extrema represión del cuerpo de maestros por el régimen franquista.

13/7/21

Sin papeles, pero ciudadanos

             “Vd. ha entrado en España sin papeles”, le espetó la dirigente de VOX, Rocío Monasterio, a un diputado de la Asamblea de Madrid que es, lógicamente, español, pero que entró ilegalmente. No pretendía sólo tapar la boca a Serigne Mbayé, el diputado de UNIDAS PODEMOS que llegó a España en patera, consiguiendo unos años después la nacionalidad española, sino descalificarle como representante político por haber sido un simpapeles.

             Lo que se deduce del reproche es que alguien que llega sin papeles, por mucho pasaporte nacional que exhiba, nunca será de los nuestros, es decir, nunca podrá ser el representante de un país que no es el suyo de origen sino de elección. Será un español de segunda, pues carece de los componentes raciales y étnicos para ser un español de casta. El mensaje de la airada diputada era claro: para ser nacional de primera –lo mismo que para ser cristiano viejo- importa más la sangre que la voluntad. El pasaporte es un papel; la sangre, empero, un destino.