Altsasu es una obra de teatro basada en un incidente que tuvo lugar en octubre del 2016 y que se convirtió en un asunto nacional. Dos guardias civiles fueron brutalmente golpeados por jóvenes locales al pretender entrar en un bar de dicho municipio. El incidente fue tratado por la justicia como un acto terrorista lo que acarreó en la Audiencia Nacional fuertes sanciones para ocho jóvenes implicados.
Un observatorio atento a los desarrollos multidisciplinarios de la cultura anamnética, particularmente en la relación de la memoria con la política, la moral, el derecho, la religión, la literatura y las artes escénicas. Este blog incluye una recopilación de trabajos de Reyes Mate (artículos, conferencias, reseñas ya publicados y textos inéditos). Posteriormente acogerá trabajos de otros autores.
14/2/24
Alsasua, el engaño de la memoria corta
5/2/24
“Lo que olvida nuestra memoria cuando recuerda. En el 85 aniversario de la Kristallnacht”
Lo que hoy nos convoca es la memoria de La Noche de los Cristales Rotos. Ese 9 de Noviembre de 1938 se encuentra en la encrucijada de un proceso que venía de atrás y que acabaría en la Solución final. Antes de esa fecha, en 1933, ya había tenido lugar la muerte cívica del judío. En ese momento ya fue desposeído de buena parte de sus derechos ciudadanos. Derogada fue su igualdad legal, siendo expulsado de las funciones públicas, de la vida cultural y de las profesiones liberales. Luego sobrevino la muerte política, con las Leyes de Nurenberg en 1935. Es el momento de la expulsión del judío de su condición de ciudadano del Estado alemán, visibilizada públicamente mediante la segregación física. Las leyes precisan que como el judío no pertenece a la raza aria, éste no puede ser ciudadano del Reich. Die Kristallnacht o “Noche de los Cristales Rotos” es un ensayo de lo que ocurriría en 1941 con la Solución Final. Sólo en Alemania 267 sinagogas saqueadas, 7.500 almacenes desvalijados; unos 30.000 hombres arrestados e internados en los campos de Dachau o Buchenwald y un centenar, asesinados. Para reparar los daños causados por los esbirros de Goebbels la comunidad judía fue condenada a pagar una multa de mil millones de marcos.