El Abrazo es el título de un cuadro del pintor Juan Genovés que figura en el Congreso de los Diputados en un lugar de honor porque representa bien el espíritu del consenso que presidió la transición. Ese consenso, por el que algunos suspiran hoy, suele asociarse a un tiempo bonacible y presto al entendimiento. Nada más lejos de la realidad. El Abrazo costó sangre y aquel consenso fue el resultado de un doloroso proceso crítico. No podemos pues hoy suspirar por la convivencia, ahorrándonos ese trabajo de revisión de las propias certezas. No se sale de la polarización reinante con un suspiro nostálgico sino con un talante autocrítico.
Un observatorio atento a los desarrollos multidisciplinarios de la cultura anamnética, particularmente en la relación de la memoria con la política, la moral, el derecho, la religión, la literatura y las artes escénicas. Este blog incluye una recopilación de trabajos de Reyes Mate (artículos, conferencias, reseñas ya publicados y textos inéditos). Posteriormente acogerá trabajos de otros autores.
Mostrando entradas con la etiqueta El abrazo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El abrazo. Mostrar todas las entradas
3/9/24
El Abrazo
24/6/20
A la memoria de los sin-nombre
Hace unos días moría el autor de El abrazo, un cuadro de Juan Genovés que
representa a gente abrazándose pero sin rostro. La energía casi animal que se
desprende de la pintura viene de las caras anónimas que, pese a su
inexpresividad facial, transmiten una fuerza solidaria imparable. El cuadro,
tras muchos tumbos, acabó en el Palacio del Congreso de Madrid, para simbolizar
la reconciliación que supuso la transición política española. Puede valer para
ese propósito, pero a condición de que no se ensombrezca la inquietante fuerza que
desprenden las caras inexpresivas. El cuadro desasosiega más que apacigua.
No es frecuente detenerse ante los
sin-nombre o sin-rostro. Y es que, como decía el malogrado pensador judío,
Walter Benjamin, “es más difícil honrar la memoria de los sin-nombre que la de
los famosos”. Los ojos se nos van tras los famosos. Celebramos sus triunfos
como si fueran nuestros y eso es un error, además de una injusticia. El
dramaturgo alemán, Bertold Brecht, se pregunta indignado, quien construyó Tebas
o quien reedificó esa Babilonia tantas veces destruida o quien levantó los arcos
de triunfo de la gran Roma. No fueron los reyes ni los generales. Ellos no
arrastraron las piedras, ni cocinaron, ni corrieron con los gastos, ni lloraron
a los muertos. Fueron los sin-nombre.
Los que mandan no ponen ni los soldados, ni los albañiles, ni los remeros o
pilotos. Tampoco los muertos, por eso no los lloran.
Labels:
Atocha,
Benjamin,
Bolsonaro,
Brecht,
El abrazo,
Eluard,
enfermeras,
extrema derecha,
Genovés,
memoria,
Reyes Mate,
sin-nombre,
Trumo