28/4/21

Llanto por bares sin cofrades

             Pasan por el televisor imágenes de vírgenes y cristos sevillanos varados en sus nichos mientras el locutor comenta compungido lo mal que les está yendo a bares y restaurantes. Otros años, cuando la inclemencia del tiempo impedía salir a La Macarena por las calles para ser aclamada por sus fervorosos seguidores, la noticia era la tristeza del encierro de unos vistosos pasos, mimados por sus cofrades durante meses para ser exhibidos triunfalmente en las procesiones. Dolía entonces la Semana Santa, o eso parecía, pero ahora vemos que lo que escuece de verdad es el negocio.

             Llegados a este punto sería fácil deslizarse por consideraciones morales sobre lo poco que se vive la Pasión de Cristo en la Semana Santa. Sería injusto porque seguro que son muchos los que viven sus procesiones con sentido religioso. Por eso hay que trasladar la mirada hacia otro lugar más pedestre. Hay que proyectarla sobre la razón que motiva y moviliza al español de a pie, a lo que le saca de casa, pues es ahí donde le esperan los políticos para darle gusto y los empresarios para hacer caja.

7/4/21

“Por una historia anamnética”. Presentación del libro de Pablo García Colmenares 'De la memoria a la conciencia histórica de la Guerra Civil y el franquismo en la España actual. Del genocidio franquista al movimiento memorialista'.

            Estamos ante un texto escrito por un historiador con sentido de la memoria. Eso le permite afirmar, por ejemplo, que la política de la memoria que administró la dictadura “resultó funcional (para la transición que se quería), pero disfuncional para la democracia”. En esa frase el historiador se permite un juicio  crítico sobre la historia que se nos ha transmitido (y que nos ha condicionado) porque tiene en cuenta la memoria. Y, un poco más adelante, reconoce que “el movimiento asociativo memorialista en España ha puesto boca arriba todo el proceso y cuestionado, como no podía ser menos, el pacto de olvido de la transición, entendiendo que se hicieron concesiones inconcebibles”. Lo que está dando a entender es que, al haber hecho las cosas así, se impone ahora “una revisión política e historiográfica que sólo es posible reconstruir  a través de las fuentes orales y la memoria. De esta manera se ha tenido que superar la negativa de algunos historiadores que no reconocen valor y nivel de conocimiento válido y riguroso a la memoria como fuente histórica”. Está ahí señalando la novedad del planteamiento pues se distancia de otro tipo de historiadores que separan nítidamente el campo de la historia y el de la memoria. En algún momento interpreta esa diferencia en el modo de entender el oficio de historiador en términos generacionales. Este tipo de historia anamnética, viene a decir, sería propio de la generación de los nietos mientras que la otra, de los padres.