1. Al contacto con América los exiliados republicanos
alumbraron la idea de crear una comunidad cultural iberoamericana. Esa idea,
que ha fecundado muchas iniciativas, se
encarnó en los años ochenta en un ambicioso proyecto, la Enciclopedia
Iberoamericana de Filosofía, auspiciada por los Institutos de
Filosofía de Madrid, México y Buenos Aires. Ese largo camino está llegando,
tras 23 años, a su fin con 31volumen publicados y la participación de unos
quinientos autores.
Las razones que nos llevaron a aventurarnos en ese
proyecto eran fundamentalmente dos. En primer lugar, la conciencia de una
filosofía dependiente. Hace unos años tuvo lugar en Roma un encuentro
italo-español sobre el tema ¿son las nuestras filosofías dependientes? Los
españoles no teníamos duda de que la nuestra lo era. Lo que se discute en
Madrid o Barranquilla es lo que nos impone la industria cultural cuyo centro es
evidentemente el mundo anglosajón. Los libros que nos inspiran están escritos
en alemán, inglés o francés, fundamentalmente.
La globalización del inglés como lengua franca empuja el
pensamiento hacia la uniformidad, al menos en lo que respecta la agenda
temática, y eso era visto por todos nosotros como la negación de un espacio
propio.