16/12/19

Entrevista de Fernando de Haro en "Páginasdigital "


1.Usted ha asegurado que “la pregunta que se hiciera Hannah Arendt en su ensayo de 1943, We refugees, sobre la significación política del refugiado, sigue teniendo actualidad en pleno siglo XXI. ¿Por qué?

Repuesta: para Arendt los refugiados son la vanguardia de los pueblos -y no la retaguardia o un efecto secundario- porque lo que se hizo con ellos, el poder lo puede hacer con cualquiera. “Ellos” eran el pueblo judío alemán, alemanes por los cuatro costados, que habían luchado por Alemania en la I Guerra Mundial, que se sentían totalmente asimilados, y que, de repente, son señalados como “otros”, privados de su nacionalidad, es decir, desnaturalizados. Son devueltos a su estado natural de meros seres humanos. Y ellos descubren que eso es ser menos que nada, porque lo importante son los papeles. Bueno, pues su tesis es que lo que el Estado hitleriano ha hecho con ellos, los judíos, porque son de otra sangre aunque compartan la misma tierra, lo pueden hacer mañana con los gitanos, con los enfermos mentales, con los improductivos o con los viejos. De poco sirve decir que “todos nacemos iguales y libres” si el Estado se arroga la facultad de decir quiénes son los sujetos de los derechos políticos y sociales. Ese era un problema que tenía la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Hay que tomarse en serio los derechos del hombre. No hay que admitir la distinción entre “nacionales” y “nacionalizados” . Y  hay que exigir que el ser humano sea siempre un ciudadano.

5/12/19

El desgarro de una voz mansa


           Primo Levi, el judío italiano de origen sefardí que sobrevivió al campo de exterminio, hubiera cumplido ahora cien años de no haberse suicidado con 67.

            Testigos del holocausto hay muchos pero ninguno como él en precisión y profundidad, de ahí su insuperable credibilidad. Huía de todo exceso retórico y de toda explotación emocional porque entendía que el papel del testigo es suministrar información al interlocutor teniendo en cuenta sus capacidades de comprensión. Se abstenía de juzgar porque él era testigo, no juez y "los jueces sois vosotros", decía a sus lectores u oyentes.