“Toda
la justicia social descansa en estos dos axiomas:El
robo es punible y el producto del robo es sagrado…” (Anatole France)
1.
Pensar la justicia, un desafío radical y exigente.
La justicia es un continente temático que pone a prueba al filósofo, porque solicita de él no sólo todas sus habilidades exegéticas, sino también su inventiva como pensador. Tiene, en efecto, que recoger la compleja tradición filosófica que se ha fajado con las injusticias del mundo para darles cumplida respuesta, y esa es la tarea del exégeta. Pero precisamente en este asunto no basta la escolástica. Las injusticias siguen dando que pensar, no sólo porque se multiplican sus manifestaciones, sino porque crece la visibilidad de las que han tenido lugar, de suerte que injusticias pasadas que pudieron silenciarse en el pasado, pasan a ser quehacer urgente del presente. El trabajo se acumula.