Cada pueblo expresa la intolerancia a su modo. Los hay que ponen debajo de la escala social al negro o al judío. Para el español medio ese lugar de deshonor lo ocupa el moro, siempre que sea pobre. Los ultras se movilizan con la simple asociación de extranjero con delincuencia, pero lo que encuentra eco en la sociedad española es la vieja sospecha del moro como peligro para la integridad o identidad española.
Un observatorio atento a los desarrollos multidisciplinarios de la cultura anamnética, particularmente en la relación de la memoria con la política, la moral, el derecho, la religión, la literatura y las artes escénicas. Este blog incluye una recopilación de trabajos de Reyes Mate (artículos, conferencias, reseñas ya publicados y textos inéditos). Posteriormente acogerá trabajos de otros autores.
12/8/25
El estigma del moro
27/7/25
La segunda oportunidad
Hace unas semanas tuve la ocasión de conversar en público con un exetarra, condenado por participar en el secuestro y muerte de un empresario vasco, Ángel Berazadi, en 1976. Ion, que tardó poco en ser detenido y condenado, aprovechó la amnistía de 1977 para tomar conciencia de la gravedad de su delito, arrepentirse y reinsertarse como un ciudadano demócrata. Pese a la discreción con la que ha llevado todo su proceso de reinserción, aceptó hablar de ello en público porque era consciente de que el crimen político no sólo golpeaba su conciencia sino que interpelaba a la sociedad vasca en su conjunto por dos razones: primero porque si esos jóvenes se entregaron al delirio terrorista fue empujados por una sociedad que les trataba como héroes, y, segundo, porque aquella violencia, aunque haya desaparecido, ha dejado tras de sí una sociedad encanallada, empobrecida y fracturada que espera respuesta.
17/7/25
De la polis a la diáspora. Por qué he escrito "Tierra de Babel. Más allá del nacionalismo" (Trotta, 2024)
1. En la vega de Sanaar la humanidad dispersa tras el diluvio tomó la decisión de vivir juntos. Tenían que construir una ciudad amurallada y, en el centro, una gran torre que les hiciera memorables porque Babel, que así se llamaba el lugar, iba a servir de modelo de convivencia por los siglos venideros. Aquello fracasó porque el monolingüismo inicial se transformó en una pluralidad de lenguas que hacía imposible la empresa.
Babel ofrece a la humanidad dos modelos políticos perfectamente diferenciados: el de la polis, basado en el monolingüismo de la ciudad cerrada, por un lado, y el de la diáspora, fundado en la pluralidad y la ocupación pacífica de la tierra, por otra. La Biblia empieza a contar a partir de este momento la historia de la minoría diaspórica: la de Abraham que para ser decidió irse; la de Jacob que defendió su diferencia abrazándose al otro. Del hebreo Abraham y del israelita Jacob, dice Maurice Blanchot, nació el judío, nombre propio de la minoría que renunció a la Torre de Babel. Pero la mayoría siguió otro camino.
8/6/25
De la guerra justa a la guerra santa
Un ejemplo de la polarización de nuestro tiempo es el hecho de que quienes defendieron en el pasado el concepto de guerra justa piensen ahora que todas son injustas, mientras que, en el extremo opuesto, se radicaliza la apuesta por la guerra que pasa de justa a santa.
17/5/25
La ausencia de Dios
De la inundación informativa que ha desatado la muerte del Papa Francisco, rescato el comentario de un periodista que se decía agnóstico: “¡se echa de menos a Dios¡”. Extraña la ausencia de Dios en el funeral de su representante en la tierra, sobre todo si quien lo advierte es alguien que, de entrada, dice no saber quién es Dios.
3/5/25
Un acuerdo de largo alcance entre el Gobierno y el Vaticano
El Gobierno español y el Vaticano han llegado a un acuerdo sobre el sentido que dar al espacio histórico conocido como Cuelgamuros. El centro lo ocupa un templo católico que es al tiempo un cementerio público y no religioso, el más grande de la guerra civil, en el que se han recogido unos 34.000 muertos en la citada contienda, un tercio de los cuales son republicanos.
19/4/25
El espíritu de la esperanza anda suelto(*)
Byung Chul Han es un filósofo surcoreano, afincado en Alemania, con proyección mundial. Consigue en libros breves recoger las grandes preguntas de nuestro tiempo aunando rigor y sencillez. El espíritu de la esperanza es su última publicación que se presenta como una novedad porque abandona los temas sombríos y el tono pesimista de sus libros anteriores, en favor “de una alentadora visión del hombre”. El santo y seña del giro es la esperanza, presentada como la gran palanca para la construcción de un nuevo tiempo.
Arranca la reflexión acogiéndose a la idea de Kafka, luego desarrollada por Walter Benjamin, de que “sólo por los desesperados nos es dada la esperanza” que el autor traduce diciendo “la esperanza más íntima nace de la desesperación más profunda”. El desesperado, en efecto, no es un conformista que acepta estoicamente su mala suerte, sino alguien que se rebela contra ella porque echa de menos la felicidad y la reclama. Ahí anida el gesto de esperanza.
Motivos para andar desesperados hay muchos, no hay más que seguir el catálogo de sus propios libros. Este autor es como un detective que persigue sin descanso todas las asechanzas del neoliberalismo: la voracidad suicida del capitalismo, el cansancio de Europa, la pérdida de tradiciones, la soledad del hombre moderno, la acedia del consumismo.
14/4/25
Un gesto autoritario que marca una época
Hay gestos que resumen una época. La mano de Donald Trump, apuntando amenazadoramente a la cara del Presidente de Ucrania, simboliza un nuevo tiempo político, el del autoritarismo, que no reconoce ciudadanos sino súbditos; no países aliados, sino colonias sometidas.
Aunque el cambio venía incubándose desde antiguo, el gesto de Trump, radiado a plena luz, ha conmocionado a Europa, que de pronto se ha visto obligada a despertar. Durante siglos pensó que Occidente era una prolongación de Europa y ahora descubre que es un territorio enfrentado.
Llegan voces de políticos diciendo “algo hay que hacer”, pero sin saber qué pues no basta decir que Trump no nos representa. Cometeríamos un error imperdonable si pensáramos que ese dirigente, prepotente y primario, defiende estilos, valores o intereses ajenos a los de la cultura del Viejo Continente. Todo da a entender, por el contrario, que Trump nos ha entendido, sólo que es más consecuente.
5/3/25
“Debe de haber algo más” o la vocación conciliadora de la memoria en Max Aub
1. Max Aub ocupa un lugar muy especial entre los exiliados españoles. Son pocos, en efecto, los que reflexionan sobre su experiencia de exiliados. La mayoría vive el exilio como una circunstancia sobrevenida carente de significación especial. Muchos intelectuales hubieran hecho lo mismo de no haber tenido que pasar por el exilio. Para Aub, por el contrario, el exilio se convierte en la experiencia central de su quehacer intelectual. En esto coincide con María Zambrano que pronto descubrió en el exilio la verdadera patria, a saber, ser exiliada, la diáspora. También con Jorge Semprún. Cuando le preguntaban quien era respondía que su verdadera identidad consistía en ser exdeportado, es decir, alguien que aunque fue liberado del Lager de Buchenwald, nunca salió de él. No pudo ser un repatriado (porque no tenía patria a la que acogerse), tampoco un mero a-pátrida (instalado en el cosmopolitismo), sino alguien obligado, impulsado a construirse un espacio personal y político desde su experiencia como deportado.
23/2/25
Memoria y democracia: afinidades y diferencias
El trasfondo de estas reflexiones es el título de una ley, titulada “Memoria Democrática”, que tiene grandes aportaciones a la justicia histórica, pero que quizá esté atravesada por un equívoco que conviene discutir. Mis reservas iniciales nacían de la sospecha de que esta ley sólo se interesaba por la memoria de las víctimas democráticas, en cuyo caso habría que preguntarse qué pasa con las víctimas no democráticas, por ejemplo, la monja de clausura asesinada en la Guerra Civil por ser monja: ¿no merecen memoria? ¿no son víctimas memorables? Y, sobre todo ¿su memoria es irrelevante para la democracia? o ¿qué tiene que ver la democracia con esa memoria? En esas preguntas no está en juego sólo el alcance de la memoria sino el de la democracia.
17/2/25
Hitler aún puede vencer
Elie Wiesel, superviviente del Holocausto y Premio Nobel de la Paz, decía que Hitler -y no Dios- fue quien mantuvo su promesa. Prometió exterminar al pueblo judío y lo llevó a efecto; Dios, en cambio, no hizo nada mientras esto ocurría por el pueblo que había declarado imperecedero. Hoy, ochenta años después de Auschwitz, bien podemos decir que no, que Hitler ha sido derrotado porque su proyecto no consistía sólo en exterminar a un pueblo, sino en no dejar rastro del crimen para que nadie le recordara.
13/2/25
Juicio al nacionalismo o por qué he escrito "Tierra de Babel. Más allá del nacionalismo" (Trotta, 2024), Reyes Mate*
1. Subyace a la escritura de este libro una triple motivación. En primer lugar, que es un tema de actualidad. El nacionalismo está en todas las agendas. No me refiero sólo al catalán o vasco o a la ola nacionalista de la extrema derecha o al español, húngaro o americano, sino a su capacidad de contagio que invade todo. Durante años he colaborado en El Periódico de Catalunya y he podido ver cómo la vis nationalista enturbia lo que es claro sin que aclare lo turbio. La segunda motivación es menos coyuntural. Creo que la figura del Estado Nación, meca de todos los nacionalismos, tanto de los ya constituidos como de los aspirantes, es incapaz de responder a los retos de nuestro tiempo, empezando por el de la emigración y siguiendo por los territorios en guerra. Tareas que en el pasado ha podido desempeñar con mayor o menor fortuna, le resultan hoy imposible.
Hay una tercera razón que en mi caso ha tenido su peso, aunque me resulte difícil trasmitirla: porque hubo Auschwitz, un acontecimiento epocal en el que el nacionalismo demostró que no sólo excluye sino que, dejado a su aire, también extermina. Lo que el deber de memoria nos dice es que Auschwitz no es sólo parte de la historia del nacionalismo sino que forma parte de su naturaleza.
21/1/25
El frente religioso del trumpismo
Jaime Mayor Oreja, que fue ministro de un gobierno español y pudo ser más, se ha puesto al frente de una troupe muy ruidosa que predica, según sus propias palabras, “la verdad de la creación frente al relato evolucionista”. Lo de que predique la creación es una verdad a medias pues lo que defiende no es el origen creado del universo, algo que judíos y cristianos aceptan, sino el creacionismo, esto es, una versión, al tiempo infantil y agresiva, sobre el origen del mundo harto discutible. Este movimiento, que viene de grupos religiosos de los Estados Unidos, tiene como único soporte la interpretación literal de la Biblia. No parece que les importe ni la ciencia, ni tampoco la interpretación ilustrada de los textos bíblicos. Hace unos años inauguraron un museo creacionista y allí se explicaba que los dinosaurios desaparecieron con el diluvio porque el Arca de Noé no les habilitó una estancia a la medida de sus proporciones.
14/1/25
La piedad de las palabras
Menudean estos días escritos sobre la esperanza, nada impropio en un tiempo de espera como éste de Adviento. Lo sorprendente es que sus autores no son religiosos sino pensadores muy mundanos que no están contagiados del espíritu navideño, sino de su contrario.
La filosofía, en efecto, sólo habla de la esperanza desde la desesperación. En los tiempos de entreguerras del siglo pasado, cuando era medianoche en la historia porque el mundo se debatía entre el totalitarismo pardo de los nazis y el rojo del estalinismo, se hizo célebre la idea de que “sólo por los desesperados nos es dada la esperanza”. Se descubrió la esperanza donde menos se esperaba, a saber, entre los desesperados. Y eso es así porque el desesperado no es un ser humano resignado con su mala suerte, sino alguien que echa de menos la esperanza, por eso, porque no la tiene y necesita tenerla, se siente abatido.